En Nicaragua las mujeres con hijos tenemos menos empleo y… ¡menos salario!


No es secreto que las mujeres tenemos salarios inferiores a  los de los hombres en casi todas las profesiones y oficios; pese a los avances en distintos aspectos relacionados a la equidad de género, persiste ese problema, pero… ¿sabías que esta discriminación se acentúa más entre las mujeres que tenemos hijos?

Eso dejó en evidencia estudio de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES), titulado “Efectos de la maternidad en la inserción laboral de las mujeres”, y que analizó las estadísticas oficiales de empleo  de las últimas cuatro ediciones de la Encuesta de Medición de Nivel de Vida (EMNV): las de 2001, 2005, 2009 y 2014.

Según las estadísticas nacionales, hay una evidente brecha de ocupación entre hombres y mujeres y eso no ha mejorado significativamente en los últimos 13 años: mientras en 2001 el 41.6% de las mujeres en edad de trabajar estaban empleadas, en 2014 la cifra apenas subió a 47.2%, pese a que atravesamos el glorioso periodo que cualquier economía desea, denominado bono demográfico, que no es más que la etapa en la que más personas se encuentran en su edad productiva. Y mientras más de la mitad de las mujeres aptas para trabajar no lo hacen, el 81.9% de los hombres en iguales condiciones, sí está empleado.

¿A qué se debe eso?, ¿falta de educación? No. Diversos estudios han reflejado que en los últimos años es cuando más las mujeres nicaragüenses se han capacitado (por lo menos un año más de escolaridad que los hombres), pero eso no se ha visto reflejado en más y mejor empleo, necesariamente. ¿Entonces cuál es la causa? Este gráfico te lo explica claramente:

Funides

Las “obligaciones del hogar” conforman la principal causa de que las mujeres nicas no trabajen y, lo más alarmante es que la cantidad de personas que dan esa respuesta aumentó en 2014 respecto a 2001. Y, si te fijás, también aumentó la proporción de mujeres que dijo no poder trabajar por embarazo o por no tener quién cuide a sus hijos.


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¿Y qué pasa con la otra mitad de mujeres que sí trabajan? En el caso de las que trabajan tampoco el asunto es “color de rosa”, pues apenas el 26.7% de las mujeres que trabajaban en 2014, tenían un empleo pleno, es decir, con todas las prestaciones y beneficios de ley. En los hombres, en cambio, el 32.7% de ellos tiene un empleo pleno.

Adicionalmente, como te expliqué al inicio del artículo, entre las mujeres que trabajamos hay brechas entre las que no tienen hijos y las que sí los tenemos, brechas que van desde qué tan fácil o difícil se hace emplearse, o el ingreso que devengan:

En el año 2014 se encontró que, por cada niño menor de 7 años en el hogar, la probabilidad de que las mujeres participen en la fuerza laboral se reduce en 2.6 por ciento en el área urbana, pero no en el área rural. En el caso de los hombres, no se encontró alguna asociación entre la presencia de menores de 7 años y la participación en la fuerza laboral. Este último elemento, pone en la discusión la importancia de contar con servicios de cuidado infantil, sobre todo si hay dificultad para delegar el cuidado de los menores en otros miembros de la familia”, destaca el informe de FUNIDES.

La investigadora del estudio, Lylliam Huelva, señala que al comparar “los indicadores laborales de las mujeres de 18 a 50 años, de acuerdo a su estado de maternidad, se encontraron diferencias en tasa de actividad laboral (60 vs 2.9%), horas laboradas al mes (188.6 vs 175.2), la tasa de formalidad (30.7 vs 23.8%), los años de escolaridad (8.1 vs 6) y el salario mensual. Las mujeres que son madres ganan 26.4 por ciento menos en relación a las mujeres sin hijos”.


En el caso de las mujeres que tienen hijos una vez ya se incorporaron al mercado laboral, sólo la mitad se reintegra después del embarazo. ¿La principal razón? El no tener quién cuide a la criatura.

Estos resultados se deben en gran parte a un asunto cultural: Nicaragua tiene una de las tasas más bajas en asistencia a centros de atención a la primera infancia, sean públicos o privados, es decir CDI o guarderías, y se debe a que la mayoría no considera adecuado el uso de estos centros a muy temprana edad.

Lo curioso es que cuando se envían a los niños menores de 7 años a este tipo de centros, la participación laboral de las madres aumenta entre un 8 y 11%.


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Para mejorar todo este panorama complejo para las madres nicaragüenses, el estudio de FUNIDES recomienda:

  • Promover la flexibilidad del mercado laboral, con jornadas de medio tiempo gozando los beneficios de ley.
  • Revisar los horarios de atención de los centros infantiles (no siempre calzan con los laborales).
  • Promover el uso de los centros de cuidado infantil mediante campañas.
  • Evaluar la calidad de dichos centros.
  • Garantizar oferta adecuada de cuidado de adultos mayores (otro motivo de las mujeres para quedarse en casa).
  • Promover medidas de igualdad de género en las empresas.

¿Qué otra sugerencia darías vos para permitir que más madres tengamos empleos plenos y así le demos peso a nuestros pesos? No te perdás nuestro video sobre este tema⬇

 


 

3 Comment(s)

  1. grechell alegria
    1 noviembre, 2017

    En todo nuestro país de Nicaragua, fuera bueno, buenisimo insertar fábricas que trabajen en dos turnos, uno por la mañana y otro por la tarde, para que las madres puedan acoplarse a que mientras sus hijos están en clases, ellas puedan trabajar, y en el turno que les queda libre puedan cuidsar de sus pequeños. Las empresas que hay actualmente en Nicaragua los turnos son pesados xq entran x la mañana muy temprano y salen después de las dos de la tarde. Quién lleva los niños al colegio o quien los retira.

    1. Gisella Canales Ewest
      6 noviembre, 2017

      Muy buena recomendación, Grechell. Gracias por leernos 🙂

  2. Jimmy
    8 noviembre, 2017

    Exelente estudio, mas si tienen alternativa para disminuir esa brecha.
    Opino q esto se da mas en zonas rurales, donde la cultura Nicaraguense esta mas apegada y siempre tenemos ese apego familiar, como por ejemplo cuidar a su abuelitos e hijos xq es mejor hacerlo yo q un desconocido.. eso viene generacionalmente.. Yo trabajo para una ONG en zonas rurales y se ve mucho de esta situanción. Si claro existe en zona urbana pero con mas claridad en zonas rurales.
    La figura o la gráfica para describir este tema esta ni mas ni menos habla por si sola…

    y una pregunta.. Las camisetas?

    Gracias y Felicidades Gisella por la publicación.

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