¿Qué te dejó el 2016 financieramente hablando? ¿Ahorros? ¿Más deudas? Cualquiera que sea tu respuesta siempre la situación puede ser mejor. ¿Cómo? Logrando hacerte la costumbre de presupuestar tus gastos.

Según un rápido sondeo que hice hace semanas en Twitter, el 62 por ciento dijo no hacerlo de forma cotidiana, confirmando mi percepción a partir de lo que veo en mi entorno. Hacé la prueba y preguntá a las personas que tenés a tu alrededor, te darás cuenta que son pocas las que de forma disciplinada hacen un presupuesto.

Lo curioso es que presupuestar tus gastos es la única forma de garantizar que tengás control de tu dinero, pues si no conocés con certeza tus compras y pagos imprescindibles, no podrás tener un consumo responsable. Por tanto:

a. Mi primera recomendación para que empecés financieramente bien este año es que te hagás la costumbre de presupuestar tus gastos y a partir de ahí planees tus metas.

Descargá aquí tu presupuesto personal

Si tenés dudas sobre cómo hacer tu presupuesto, ahí encontrarás un archivo digital  que podés descargar e imprimir, o bien tenerlo en tu dispositivo móvil para actualizarlo constantemente.

Una vez introduzcás tus gastos fijos irrenunciables, contraponelos con tus ingresos. Ojo: siempre los gastos deben ser lo suficientemente menores para tener disponibilidad de ahorro.

En el archivo disponible podrás ver qué proporción de tus ingresos representa cada gasto, lo que te dará un mejor panorama de si vale o no la pena.

El presupuesto que te propongo podés hacerlo quincenal o mensualmente, según la periodicidad de tus ingresos. Por favor no esperés más para crearte el hábito financiero más saludable: presupuestar.

b. Pagá. Mi segundo consejo para que este año hagás las cosas distintas es priorizar el pago de deudas y, sobre todo dejá de endeudarte. Terminar de pagar deudas no es para reiniciar el ciclo del crédito. Una vez pagués (sea grande o pequeña la cuenta), procurá destinar a ahorro ese mismo monto que pagabas al crédito.

Si las festividades te dejaron deudas, que sean tu prioridad en el presupuesto, recortando los gastos que sea posible reducir. Revisá esos gastos fijos que quizás no estés aprovechando (suscripciones por internet, cable, comidas fuera, entre muchos otros).

Recordá priorizar las deudas más caras y con más probabilidades de incrementarse, tales como las tarjetas de crédito y préstamos a particulares.

c. Empezá a ahorrar. Una vez tengás dominio sobre tus gastos y no tengás deudas o estén bajo control, no hay más excusas: tenés que ahorrar. Si ahorrás te evitarás deudas a futuro, podrás hacer realidad proyectos y sobre todo vivirás con más tranquilidad.

En los próximos días voy a presentarte mi plan de ahorro para principiantes, para que podás fijarte un programa de fácil cumplimiento y dejés atrás todos los pretextos que hasta ahora te has puesto para no ahorrar. ¿Qué decís, empezamos con buen pie este año?

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