Para poder explicar cuáles son las razones del por qué la energía eléctrica es tan costosa en Nicaragua, primero debemos entender cómo se estructura el mercado eléctrico, desde que se produce la energía hasta que hacés uso de ella en tu casa o trabajo.
Existen tres procesos: la generación de la energía, la transmisión de la misma y la distribución, todos ellos regulados por el Ministerio de Energía y Minas; el Instituto Nicaragüense de Energía regula además las últimas dos.
Generación: está a cargo de sector privado (83%) y público (17%). Actualmente hay 29 generadores que producen energía para venderla a distribuidoras y/o grandes consumidores. Hasta 2018 el 54% de la capacidad instalada provenía de fuentes térmicas (derivados del petróleo) y el 46% restante era energía de fuentes renovables.
Transmisión: a cargo de la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel), que funciona como intermediario entre generadores y distribuidores, por lo cual cobra un “peaje”.
Distribución: es operada casi en su totalidad por la empresa Disnorte Dissur, se encarga de comercializar la energía
¿Cuánto pesa el papel de cada uno de esos eslabones en la factura de energía que pagamos vos y yo? Aquí una estimación recopilada en el estudio Mercado eléctrico en Nicaragua, diagnóstico y recomendaciones, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social.
A continuación te explicamos las principales razones del por qué sufrimos una energía tan cara, pero no son las únicas.
Los contratos de compra de energía a las empresas generadoras tienen excesivos beneficios para las empresas, entre ellos el pago por potencia, que es sumamente caros respecto a otros países.
El pago por potencia no es más que un pago por la capacidad de generación instalada en cada planta.
Por cada megavatio instalado las empresas generadoras reciben un pago mensual, que van entre US$6,000 y US$15,000 por mes, por cada mega, mientras que en países vecinos es un monto fijo y bastante inferior. Las plantas de la polémica Albanisa son de las mejor remuneradas, aunque en general todas las plantas térmicas reciben más de US$10,000 por cada megavatio instalado.
A esto se suma que dichos contratos de las generadoras son de muy largo plazo (el promedio es de 27 años, pero gran parte de ellos es a 30 años), superando por mucho a los países vecinos, donde los contratos son de 10 y 15 años, principalmente. Sólo en El Salvador hay proyectos a 20 años. Este largo plazo evita que estas condiciones cambien próximamente, señala el estudio Mercado eléctrico en Nicaragua, diagnóstico y recomendaciones.
Las plantas generadoras ganan cada mes por capacidad instalada, aunque esta no se use, lo cual ha incentivado que dicha capacidad vaya en aumento, superando por mucho el consumo nacional. Es decir, la oferta es demasiado para la demanda, pero la factura no va sobre el consumo, sino sobre esa oferta.
“A esta capacidad excesiva de reservas, que en su mayoría son térmicas, se les sigue remunerando sin importar que no esté despachando energía, dado los términos de pago por potencia en sus contratos. Por ende, los usuarios pagan (en concepto de potencia) por una gran cantidad de energía que no consumen. Por ejemplo, las plantas Che Guevara no están operando debido a las sanciones aplicadas a Albanisa, pero aun así son remuneradas por este concepto”.
Estudio Mercado eléctrico en Nicaragua, diagnóstico y recomendaciones, FUNIDES.
Cerca de la mitad de la matriz energética de Nicaragua es a base de energía fósil, o derivados del petróleo, la cual es más costosa y volátil, pues depende de un precio externo.
En cambio, la energía de fuentes renovables es más barata que la energía fósil, la cual en 2019 ascendió a US$152 por megavatio hora en Nicaragua, mientras que la energía hidroeléctrica tuvo un precio de US$47 en 2018 a nivel internacional, la geotérmica US$72, la sola fotovoltaica US$85 y biomasa US$62, según la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA).
Sin embargo, pese a que a nivel mundial la energía renovable es más barata, Nicaragua es excepción.
El entorno de negocios en Nicaragua es desfavorable y el riesgo país es elevado, lo que incluye en que, para atraer inversiones de energía renovable, se haya ofrecido precios superiores a los observados a nivel internacional. Eso ha provocado que el precio de la energía renovable en Nicaragua sea más cara que en el resto de la región centroamericana.
De ese modo, mientras a nivel internacional, por ejemplo, el megavatio hora de energía hidroeléctrica costó US$47, en Nicaragua cuesta hasta US$107, según datos del Ministerio de Energía y Minas.
Pero, aunque la energía renovable sea más barata, no significa que el 100% de la matriz energética deba volcarse hacia ella, sino que debe haber un equilibrio de modo que se garantice estabilidad en el flujo y disponibilidad de la energía.
Como mencionamos anteriormente, Enatrel cobra un peaje por la transmisión de la energía, el cual ha ido en aumento (en 2007 eran US$6.54 por cada megavatio hora, en 2019 fueron US$9.32), los que además son de los más altos de la región, superados únicamente por Costa Rica. Según los últimos datos disponibles de cada país: El Salvador no llega a cobrar los US$8, Guatemala apenas supera los US$4 y en Panamá no se llega ni a US$1.
A esto se deben sumar las pérdidas por desgaste físico de las redes de transmisión de Enatrel, y las pérdidas (técnicas y no técnicas) de la empresa distribuidora de energía, Disnorte-Dissur, es decir aquellas relacionadas con problemas de eficiencia, fallas y/o desgaste en las redes de distribución, y las conexiones ilegales e ineficiencias de la empresa.
“No existe información pública de la mora. No obstante, a 2016 la estimación era que las cuentas por cobrar (con relación) a activos estaban en torno a 40%, 50% de la mora con más de 180 días de rezago(…) Estas cifras probablemente empeoraron a partir de 2018 por la situación económica en el país”.
Estudio Mercado eléctrico en Nicaragua, diagnóstico y recomendaciones, FUNIDES.
Como podés observar el problema tiene muchos factores y problemas que resolver, algunos en el mediano plazo, otros en el largo plazo. En un próximo artículo te explicaremos las recomendaciones que pueden seguirse para subsanar esta situación que tanto pone en desventaja al país y que afecta a toda la población, al margen de si paga o no por la energía que consume en casa.
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