El crecimiento de las ventas para un negocio o empresa representa un importante indicador para medir el éxito que está teniendo y también muestra su potencial para generar flujos de efectivo en el futuro. Tanto para empresas como para las personas crecer representa un aumento de su tamaño, su capacidad o su importancia. El crecimiento constituye una de las metas financieras centrales al momento de realizar proyecciones y planes financieros, pero debemos considerar que al crecer aceleradamente puede haber impactos en nuestra rentabilidad y liquidez.
Para ilustrar este punto vamos hacer uso de una pregunta muy interesante, que recientemente nos envió un lector y que nos servirá de insumo para este debate: “¿Un crecimiento muy rápido genera efectivo, o más bien lo consume?”. Debemos entender que el crecimiento de las ventas nos permite alcanzar niveles de ingresos mucho mayores a los actuales, lo que definitivamente nos beneficia porque lograremos obtener una mejor rentabilidad en nuestra operación, pero esto requiere cierto tiempo para concretarse. El efectivo se generará pero un poco más adelante del camino.
Por otro lado al inicio de la etapa de alto crecimiento en ventas, se tiene la necesidad de invertir recursos adicionales para poder suplir la mayor demanda de productos o servicios que vamos a experimentar. Esta inversión va más allá de solo activos físicos como fábricas, almacenes, maquinaria o equipos rodantes, implica también montos importantes para el rubro que llamamos “capital de trabajo” que involucra la cartera de clientes y los niveles de inventario principalmente, y que está altamente relacionado con nuestros niveles de venta.
El capital de trabajo constituye la necesidad diaria de efectivo para un negocio, ya que equivale al monto de dinero requerido para realizar los pagos rutinarios, cubrir costos inesperados y efectuar las compras básicas de mercancías para la producción o venta. Para comprender este concepto más fácilmente podemos relacionarlo con el costo de vida de una persona, en el que al recibir nuestro ingreso, mantenemos cierta cantidad de dinero a mano para nuestros gastos rutinarios y del día a día.
Al momento de evaluar inversiones o realizar proyecciones financieras, el capital de trabajo es el requerimiento de inversión que se subestima con mayor frecuencia y por ello puede distorsionar la información que estamos analizando y afectar la decisión que debemos tomar, pudiera también ocasionar problemas en nuestra posición de liquidez o alterar el monto del financiamiento que debemos solicitar para nuestro proyecto.
El nivel de capital de trabajo requerido puede ser diferente de un giro de negocio a otro. Por ejemplo, un negocio que se dedica a comercializar productos necesita mantener niveles de inventario y unas cuentas por cobrar (si está otorgando crédito a sus clientes) mucho mayores que una empresa que solo brinda servicios. En ciertos tipos de empresas los requerimientos de inversión en capital de trabajo pueden ser mucho mayores que los montos en maquinaria, edificios o equipos, es por ello que debemos prestarle atención y aprender a administrarlo.
Existen diversas medidas financieras que pueden ayudarnos en la administración del capital de trabajo. Como ejemplos tenemos: el ciclo de conversión del efectivo, la rotación del inventario, los días de cartera, la razón de liquidez o la razón de prueba ácida. Durante las próximas publicaciones estaremos desarrollando más sobre ellas y su aplicación en los negocios.
Finalmente podemos concluir que el crecimiento es clave, importante y necesario y que nos genera efectivo en el futuro, pero debemos evaluar todos los impactos que puede ocasionar porque nos va a demandar recursos y efectivo sobre todo al inicio, cuando debemos invertir para soportar el aumento que tendremos en nuestra operación.
*Profesional de las finanzas, consultor y profesor de maestrías.