Recientemente impartí un curso de finanzas para servicios médicos, en el cual tuve la oportunidad de compartir con doctores y personal de apoyo sobre la visión de que las finanzas se asemejan a la medicina de los negocios. La ciencia financiera trata de emplear evaluaciones e interpretaciones de ciertas medidas e indicadores para determinar el estado y la salud en la que se encuentran las empresas.
Pensemos un momento cuando asistimos a una consulta médica, lo primero que debemos hacer es pasar por un proceso en el que se obtiene cierta información básica: nuestro peso, estatura, temperatura, presión arterial, etc.; y con estos elementos el médico realiza una primera valoración pudiendo requerir información complementaria y de mayor profundidad por lo que nos puede orientar una serie de exámenes. Con toda la información a la mano el médico realiza su diagnóstico final y nos brinda las indicaciones o procedimientos respectivos para mejorar nuestra condición.
No es de sorprendernos que cuando analizamos una empresa el proceso sea exactamente el mismo, partimos de cierta información básica y de un conjunto de exámenes necesarios. Lo que en finanzas llamamos razones financieras son precisamente esos indicadores que resultan de unas relaciones entre diferentes cuentas de los estados financieros y que nos brindan un panorama más amplio de la condición en la que opera una empresa cuando aprendemos a interpretarlos. Hay cuatro grupos de razones financieras que son mayormente utilizados: las razones de liquidez, las de actividad, las de endeudamiento y las de rentabilidad.
Las razones de liquidez nos indican cuál es la capacidad que tiene una empresa para cubrir sus obligaciones en el corto plazo y su enfoque principal es ver qué tan solvente un negocio puede ser. El grupo de actividad nos muestra que tanto una empresa puede tener invertido en su capital de trabajo ya sea el inventario que tiene en una bodega o las cuentas por cobrar a clientes, así como cuánto de cuentas por pagar nos otorgan nuestros proveedores. El eje central aquí es ver qué tan eficiente la empresa es en el uso de sus recursos.
La medición del endeudamiento nos permite tener una opinión sobre qué tanto de los activos de la empresa están siendo financiados por terceros y cuál es la capacidad de pagar los intereses que debemos al banco. Finalmente, a como hemos visto en artículos anteriores, la rentabilidad nos ayuda a entender cuánto la empresa está ganando y si este nivel es adecuado acorde a la empresa que estamos analizando. Una herramienta que constantemente se utiliza para evaluar la rentabilidad es lo que conocemos como modelo dupont (por la empresa creadora), el cual permite entender cuál es el retorno que la empresa está teniendo tanto en sus ventas, sus activos así como en su capital propio.
Conocer cuáles son las razones financieras que integran cada grupo y aprender sobre su cálculo es algo que puede ser de mucha ayuda en nuestro análisis. Esto es lo que estaremos desarrollando durante las próximas publicaciones.
Pero, a fin de cuentas ¿cuál es la razón financiera más importante?, pues al igual que un médico no puede basarse en un solo indicador para realizar su valoración, de igual forma la evaluación financiera necesita de una serie de medidas y análisis. La correcta evaluación consiste entonces en el uso de un conjunto de razones en las que cada una nos muestra un ángulo diferente pero a la vez complementario para poder valorar cómo se encuentra la empresa y más importante aún, qué es lo que deberíamos hacer para mejorarla. No olvides esto en tu próxima evaluación de negocio o empresa.
*Profesional de las finanzas, consultor y profesor a nivel de maestrías.
zona.financiera.ni@gmail.com
Twitter: @zona_financiera
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