Durante los últimos meses las entidades bancarias se han esforzado por simplificar la banca en línea y agilizar los pagos de los clientes ante los cambios que nos ha traído la pandemia del COVID-19, pero es en este momento – en que más personas están demandando hacer compras y pagos en línea –, que debemos cuidar celosamente nuestra información, pues hay otro fenómeno que está ganando terreno: los fraudes en línea.
Los defraudadores ponen su atención en un objetivo que, si no se toman las medidas preventivas, puede resultarles más sencillo: el cliente. Es por ello que a continuación te detallamos las formas más comunes que están utilizando, para que estés alerta y no caigás en estas trampas.
Una de las formas más comunes de fraude es por medio de llamada telefónica. Consiste en un supuesto aviso del banco, que informa sobre un problema informático o movimientos inusuales en tus cuentas o tarjetas.
La persona al otro lado de la línea con frecuencia utiliza similar protocolo de atención al cliente y en algunos casos hasta ponen de fondo música o mensajes publicitarios del banco.
La trampa consiste en que por “tu seguridad” te pedirán que brindés tus datos de acceso bancarios, así como credenciales para supuestamente confirmar tu identidad y evitar el robo, cuando realmente el robo está en proceso.
Se han reportado casos en los que incluso realizan una llamada tripartita entre el cliente, un supuesto agente del banco y un tercero.
Si recibe una llamada de este tipo, lo mejor es terminar la comunicación y de inmediato contactar a tu banco a través del número oficial de atención al cliente, y notificá el incidente.
Otro de los fraudes en línea más comunes es por medio de correo electrónico, donde los defraudares pueden recrear sitios web parecidos a una entidad bancaria y enviar el enlace a su dirección de correo que en algún momento pedirá sus datos de acceso e información personal.
Por eso no debemos abrir cualquier enlace que nos llegue por correo, sino que se debe verificar antes, pues aunque no llegara a introducir información delicada, también podría ser un enlace de descarga a programas maliciosos que dan acceso a controlar su dispositivo (celular, computadora o tableta) y así obtener la información que necesitan saber para sustraerte dinero de tus cuentas.
Antes de abrir cualquier enlace verificá que sea el sitio web oficial del banco. Lo mejor es digitar nosotros mismos el enlace, en lugar de dar clic a uno que nos llegue.
Asimismo, debemos verificar los elementos de seguridad de cada página que visitamos: que tenga candado de seguridad, seguido de https:// y el nombre del banco del sitio sin errores ortográficos.
Pomposas promociones o sorteos desde perfiles que aparentan ser de instituciones bancarias, e incluso pagando publicidad, han sido identificadas recientemente.
Recordá que aquello que parece demasiado bueno, sencillamente no lo es, así que desconfiá y verificá toda la información, empezando por explorar el perfil que hizo la publicación.
Facebook y Twitter, por ejemplo, permiten ver la fecha de creación de cada página o perfil, así como número de seguidores y resto de publicaciones. Con solo un vistazo rápido se puede observar si es un perfil oficial o no.
Asimismo, los perfiles oficiales de entidades financieras usualmente tienen un check de verificación de la cuenta, lo que evidencia que realmente es quien dice ser. Fijate en eso y no accedás a ningún link o vínculo sin antes verificar la legitimidad de la publicación.
Otra forma de fraude que está haciéndose popular, sobre todo entre micro y pequeñas empresas o personas que venden directamente a través de las redes sociales es cuando son contactados por un supuesto comprador, generalmente con acento extranjero, muy decidido y que ya hasta hizo listado del pedido.
A la hora de realizar el pago, por medio de una transferencia electrónica, aseguran tener inconvenientes y haber contactado al banco para verificar y hacen una comunicación entre las tres partes para «resolver el inconveniente», pero realmente quieren que brindés información personal para acceder a tu banca en línea y correo electrónico. ¡Cuidado!
Para no caer en ninguna de estas trampas la primera medida que debés aplicar es desconfiar de cualquier contacto que establezcan personas que no conocés –sin importar la vía– y más si es bajo la excusa de una alerta de seguridad, de favorecerte con algo o de comprarte algo que estés vendiendo.
El segundo consejo es no brindar bajo ninguna circunstancia tu información sensible, tales como:
Recordá usar los canales oficiales de tu banco para evitar que tu información sea robada, al igual que tu dinero.
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