Baho Vilma: tradición y sabor de familia

Por Noel Amílcar Gallegos

Al pasar por la calle El Limón, en Masaya, el sentido del olfato se activa al sentir el poderoso olor a baho. Desde la entrada se ven unas mujeres a la par de peroles humeantes cortando yuca, carne y otros ingredientes para luego acomodarlos en un plato adornado con hojas de chagüite, agregar ensalada de repollo y chile y entregar el primer pedido del tradicional Baho Vilma.

Este baho es muy popular entre los lugareños y especialmente extranjeros. Con más de una década de darle gusto hasta al más exigente paladar, Baho Vilma es una receta que ha cruzado generaciones.

Y es que doña Vilma Barahona viene de una generación que se dedicaba a hacer baho en Masaya, siempre vivieron de un perol de baho. Ella ya siendo joven siguió con esta culinaria tradición, luego sus hijos tomaron la estafeta de elaborar este platillo típico nicaragüense en la ciudad de Las Flores, Masaya, hasta lograr expandirse por otros puntos de ventas.

“Cuando nosotras (las hijas de doña Vilma) nos convertimos en madres, empezamos a esforzarnos por tener un patrimonio propio (como familia). El nombre de Baho Vilma como tal nació hace unos 18 años cuando empezamos (en el mercado de Artesanías de Masaya)  nos invitaban para participar y vender comida típica, tuvimos buena demanda, luego todos los clientes nos pedían tener un local propio para llegar a comer; como nuestra abuela tenía una propiedad por la calle El Limón, entonces decidimos hacer un negocio con ella, a la vez solicitar créditos a los bancos y lograr abrir el negocio”, recuerda Yamileth Acuña Barahona, hija de doña Vilma.

Asegura que las claves de un buen negocio es tener la humildad y la perseverancia, y como propietario de cualquier negocio a emprender se debe tener claro que en un inicio no va a obtener las ganancias porque estas se van a reinvertir y se debe saber distribuir el dinero.

El impacto del financiamiento

Actualmente Baho Vilma se ha extendido a otros puntos de ventas, hasta sumar 7 sucursales en Masaya, Catarina y Managua.

“Hace 15 años teníamos puestos en el Mercado de Artesanías y el mercado municipal, incluso los mismos clientes nos pedían que nos fuéramos a Managua y Rivas, si embargo no tenemos el alcance para movernos a todos los departamentos… Hace cuatro años tuvimos la oportunidad de emigrar al departamento de Managua porque Masaya estaba muerto, estaba caído el turismo, casi todo, y nuestros clientes estaban allá (en Managua)”, explicó Yamileth.

Asegura que los financiamientos bancarios los han mantenido a flote, destacando que han sido puntuales en cada cuota y eso les ha abierto puertas para seguir solicitando créditos. Una vez que toman el crédito, lo invierten en el negocio y van pagando.

“Uno debe ser puntual en sus abonos después de sacar algún crédito, uno no puede decir: ‘voy a dar el abono dos o tres días después’ (del día que le corresponde). De hecho, tuve una experiencia similar hace muchos años. Yo decía: ‘voy a pagar después’, y eso se va haciendo una costumbre y al final no te das cuenta que te estás afectado vos mismo, de modo que cuando ya determinás ser cumplido con los créditos, (entonces) eso te abre puertas, y pues creo que hay que priorizar las deudas, los pagos del trabajador y tener la fe en Dios”, afirma Acuña Barahona.   

Baho Vilma tiene clara la necesidad de mantener el enfoque en fortalecer la marca y para ello invierten tiempo y recursos en capacitarse.

“Ahorita solo me preocupo que nuestra marca se mantenga, a través de brindar calidad de servicio, porque a través de las capacitaciones hemos ido aprendiendo, también a través de los mercados digitales”, destaca.

¿Cómo pueden sortear las variaciones de precios de los insumos? Yamileth explica que su estrategia es asumir esos incrementos y reponerse cuando hay bajas.

“Preferimos no aumentar los precios y esperar que en la temporada baja nos podamos solventar, pero eso no significa que el objetivo es mirar nuestra bolsa. Tratamos de mantener el equilibrio entre la temporada baja y la alta, sabemos que en diciembre todo mundo gana, pero quizá sea yo la que menos gana porque también tengo compromisos de pago de impuestos y con los trabajadores como manda la ley”, afirma.

Los colaboradores: la pieza clave

Destaca que el mayor aprendizaje en este negocio ha sido no competir con nadie, “simplemente me enfoco en mi baho, en mi personal, he aprendido a tener perseverancia, además hay que tener mucha tolerancia porque hay mucho personal que se tiene que manejar y eso se tiene que ver desde un punto profesional. Hemos aprendido a través de lo visual que las grandes empresas han convertido a sus trabajadores en multifuncionales, por eso de lo contrario ahorita no estuviéramos estables”. 

Un plus de este negocio es que su personal se mantiene en constantes capacitaciones, por lo que han aprendido a delegar responsabilidades entre sus colaboradores, quienes han demostrado confianza y capacidad.

“Mi consejo a las personas que están emprendiendo algún negocio es tener perseverancia y que actúe correctamente con su personal porque sin los colaboradores uno no puede salir adelante. Y otro punto es que a veces hay comercios que no invierten y que solo le sacan al negocio y eso no debe ser así”, añade.