El lamento más frecuente a nivel de finanzas personales es: “no me alcanza el dinero”, pero ¿te has preguntado por qué te pasa eso… siempre?
Además de no planificar el uso de tu dinero antes de empezarlo a gastar y las malas decisiones de dejarte llevar por impulsos a la hora de hacer tus compras (del tipo que sean), el otro agujero de tus finanzas son aquellos gastos que sabés que hacés pero no los prevés porque no se dan mes a mes, y que cuando llegan son inevitables: los gastos variables.
Todos tus gastos podés separarlos básicamente en dos grupos: gastos fijos y gastos variables. Los primeros, por ser regulares y de montos muy similares mes a mes, tendemos a tenerlos en cuenta siempre, tales como pago de deudas, transporte, alimentación, servicios públicos, entre otros. En el caso del segundo tipo de gastos generalmente los obviamos pero al mismo tiempo no podemos eliminarlos, por tanto cuando es momento de hacerlos, desequilibran nuestro bolsillo, ejemplo: gastos de reparaciones, salud, entretenimiento, vestuario y calzado.
¿Qué pasa si no tenemos en cuenta nuestros gastos variables a la hora de repartir nuestro dinero? Que cuando lleguen, probablemente tendremos que hacerle frente con crédito: un crédito que no era necesario si hubiésemos planificado.
¿Cómo identificar los gastos variables? Tomate el tiempo para pensar en todos esos gastos que no se repiten todos los meses, pero que cuando se dan, deben asumirse sí o sí (mantenimientos o reparaciones en el vehículo o del hogar, seguros, gastos por enfermedad, gastos por el regreso a clases, cumpleaños, pago de aguinaldo y la lista sigue).
Otra opción es guardar por un tiempo los recibos o facturas de esos gastos irregulares y hacer un consolidado donde además depurés con cuáles te vas a quedar. Sí. Muchas veces hacemos gastos grandes en cosas prescindibles y esta revisión te permitirá identificarlos.
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¿Cómo hacerles frente correctamente? Una vez tenemos bien identificados los gastos variables obligatorios, hagamos una estimación mensual de cuánto tendríamos que separar cada quincena o cada mes para garantizar esos pagos cuando deban hacerse.
Por ejemplo: si gasto en mantenimiento de vehículo unos 2,500 córdobas en promedio cada cuatro meses, cada mes debería separar 625 córdobas para contar con ese dinero cuando llegue el momento de hacerlo y no tendré que recurrir a deuda para ello.
Si seguís estas recomendaciones podrás tener mejor estructurado tu presupuesto y evitarás caer en sobreendeudamiento a causa de tus gastos variables, y sobre todo: al contemplar de antemano esos gastos del futuro, evitarás malgastar tu dinero e irás mejorando tus hábitos de consumo, lo que desembocará en tu gran anhelo: lograr que el dinero te alcance.
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