El aguinaldo: ¿sigue siendo tuyo o ya lo debés?

El pago del decimotercer mes es algo que en gran parte de los casos está muerto y sepultado incluso antes de nacer: ni siquiera ha sido pagado cuando ya está gastado. ¿Te suena familiar?

En Nicaragua el aguinaldo es un derecho establecido en el Código del Trabajo para todos los trabajadores (incluso aunque no haya un contrato de por medio), exento del pago de impuestos, descuentos, cotizaciones y deducciones de cualquier especie. Y, por ser un ingreso adicional en el año, se usa generalmente sin una planificación estratégica.

¿A qué me refiero? Hice un sondeo entre amigos y conocidos, los que se dividen en dos grupos: los que usarán el pago de su decimotercer mes en saldar deudas contraídas a lo largo del año (deudas de consumo, principalmente) y los que lo destinarán para “los gastos de diciembre”, tales como cenas familiares, compra de ropa y calzado, juguetes, regalos, electrodomésticos y otros festejos.

¿Por qué relacionamos la palabra aguinaldo con consumo? Sí, hay un bombardeo de publicidad que nos induce a ello, pero cada uno de nosotros –en base a su realidad– debe ser capaz de administrar mejor ese dinero “extra” a fin de que abone a su estabilidad financiera en el año venidero. Si todavía no has “hecho trizas”  tu aguinaldo y querés  darle un buen uso, te dejo los siguientes tips:

Pagar, pagar, pagar. Antes de gastarse ese dinero en regalos y celebraciones, revisen sus deudas y páguenlas, especialmente si son deudas que con altos intereses y que pueden crecer fácilmente, como las tarjetas de crédito. Aquí quiero recalcar algo: si lo vas a utilizar para pagar deudas que no sea para continuar adquiriendo compromisos el próximo año en una especie de “adelanto de aguinaldo”, con la esperanza de volver a pagar en el siguiente  diciembre. Es momento de cerrar ese círculo vicioso.

Es la hora de ahorrar. Podrá sonar trillado, pero si no empezás ahora que tengás ese dinero extra ganado a lo largo de un año de trabajo, ¿cuándo podrás hacerlo? Cada vez que recurre a mí alguna persona que “no puede ahorrar” empiezo a indagar sus ritmo de gastos y queda en evidencia que la falta de ahorro no se da realmente por lo bajos que puedan ser sus ingresos, sino por cómo se usan y las cosas innecesarias a las que la mayoría no está dispuesta a renunciar. Entonces, si te ha sido tan difícil ahorrar durante tanto tiempo, podés ver el pago del decimotercer mes como el momento perfecto para obtener al menos el monto mínimo para abrir una cuenta de ahorros o un certificado de depósito.

Hacer un presupuesto especial. Sí, no se puede negar que diciembre trae consigo más gastos, aunque se quieran evitar –ya  sea porque deba tomar vacaciones o por las celebraciones de esos días–, entonces debemos prever esas situaciones y hacer un presupuesto especial para esa época del año para evitar sobregirarse.

En este presupuesto hay que ver qué gastos se pueden cubrir con sus ingresos regulares y tratar de usar lo menos posible el aguinaldo.

A la hora de hacer ese presupuesto además deben tomar en cuenta los primeros días de enero, pues muchas veces gastamos y gastamos como si el 31 de diciembre se fuera a acabar el mundo y el 1 de enero ya no hay dinero; recuerden que tendrán que vivir con los ingresos de diciembre hasta el primer pago de enero y en ese mes también hay gastos.

Comprar lo que sí se necesita. Madres, padres: ¿cuántos de ustedes aprovechan el aguinaldo para costear de adelantado todos (o al menos la mayoría) de los gastos del inicio del año escolar? La compra de uniformes y útiles escolares es un gasto inevitable, por qué no asumirlo en diciembre en vez de gastar en cenas, regalos y otros excesos que sólo dejan un enero y febrero de austeridad. Les dejo la reflexión.

Resistir tentaciones, comparar precios. Las tiendas no se irán con el año nuevo, seguirán ahí y siempre tendrán cosas que nos gusten, entonces ¿por qué ese desenfreno de comprar  y comprar?  Si sienten que los deseos les dominan, recuerden los tips para evitar los excesos y gastos innecesarios que te recomendé aquí.

Y en el caso que haya compras que realizar, no olvidés comparar siempre los precios y buscar alternativas más económicas o sustitutos. A veces nos dejamos ir por ciertas marcas, cuando hay productos similares y hasta mejores (aunque menos conocidos) pero mucho más baratas.

Reparaciones. Desperfectos en la casa o del vehículo que has venido postergando son cosas que deberías aprovechar a hacer con el aguinaldo, de modo que podás resolver el inconveniente sin desajustar tu ya apretado presupuesto. Desde impermeabilizar techo y paredes, reparar goteras y cielo raso, cambiar la iluminación incandescente por un sistema altamente ahorrativo (que cuando se hace de una vez representa un costo considerable), hasta mejoras como pintar o ampliar son inversiones ideales a financiar con este ingreso extra.

Prevenir. Esta puede ser la parte que menos guste a algunas personas, pero es elemental; ya sea para garantizar y pagar de contado los seguros obligatorios de vivienda, vehículo o escolar, o para adquirir un seguro de vida, el aguinaldo puede ser nuestra herramienta para empezar un año prevenidos ante cualquier eventualidad.

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Los trabajadores del Estado han recibido su aguinaldo en la segunda quincena de noviembre, los trabajadores de empresas privadas en los primeros diez días de diciembre. ¿Vos ya lo gastaste previamente o aplicarás algunos de los tips anteriores? Espero que le des peso a tus pesos.