Llevamos ya medio año con una crisis socio política que ha desencadenado una crisis económica y ha golpeado a grandes y pequeños. Decenas de miles de negocios han cerrado parcial o totalmente, pero gran parte de ellos han logrado sobrevivir. ¿Cómo ha sido posible?
Hoy queremos contarte la experiencia de cuatro pequeñas empresas (tres invitadas y la nuestra) –todas con distintos giros de negocio– para que podás adaptar nuestros aprendizajes a tu caso.
Este año sería de fiesta, o al menos eso planeaba Victoria Báez, directora propietaria de la academia de formación artística Baluarte, en Masaya, que en noviembre cumple 10 años de operar y emplea a ocho personas.
Como todos sabemos, Masaya ha sido el departamento más afectado. La ciudad prácticamente quedó aislada durante semanas y eso impactó seriamente la economía local. Baluarte tuvo que cerrar durante dos meses.
¿Cómo lo enfrentó? Realizó un autoevaluación a conciencia de qué estrategias le habían permitido iniciar una década antes en el garaje de su casa y con una sola alumna, y llegar a tener aproximadamente 200 alumnos previo a la crisis.
El primer paso fue hacer una campaña de recaudación de fondos en la plataforma GoFundMe, donde personas de Nicaragua y el exterior le ayudaron a reunir aproximadamente US$800 con los que logró cubrir los pagos esenciales de Baluarte, incluyendo a los profesores, aunque no estaban laborando.
Clientes son clave. Aprendió que debía retomar era la relación cercana con los clientes, los padres y madres de esos alumnos, lo cual en tiempos de “vacas gordas”, por asuntos administrativas y de tiempo muchas veces descuidamos.
Adiós gastos innecesarios. Al revisar sus finanzas vio que había muchos gastos innecesarios que cuando hay abundancia solemos dejar pasar. Prescindir de esos gastos no ha afectado el funcionamiento del negocio y le han hecho ahorrar.
Comunicación interna. Una vez Baluarte iba a reabrir reunió a su equipo para ver de qué maneras podían ahorrar y poder sobrevivir con muchos menos alumnos que antes (menos del 40%). El involucramiento del equipo es clave para generar empatía y compromiso.
Alianzas. Ha abierto las puertas de la academia a otros emprendedores ofrezcan sus productos, lo cual atrae mayor circulación de personas.
Reinventarse. Lo ha hecho como persona y como negocio. “No podía seguir haciendo las cosas igual porque las cosas no están iguales y si seguía manejando mi negocio de la manera que lo estaba manejando entonces no iba a tener frutos”.
En ese proceso ha re-evaluado su modelo de negocio y ha desarrollado un proyecto personal que le permite tomar el aire necesario cuando la crisis aprieta: Deja tu Huella, proyecto de charlas motivacionales y expresión corporal.
Yo les aconsejo ver sus fortalezas, debilidades, reinvertarse, reinventar tu negocio, el modelo de negocio, volver al punto de inicio, aprender a soltar, planificar pero sabiendo que las cosas son cambiantes, dejar una huella positiva, trabajo en equipo, alianzas y buscar tus talentos y habilidades y de ellas sacar provecho”. Victoria Báez, directora propietaria de Baluarte.
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Durante 25 días una de las Veterinarias Mundo Animal tuvo que cerrar. Su sucursal madre se vio afectada por las dificultades de tránsito en la zona de la rotonda de Ticuantepe y la carretera a Veracruz. Como respuesta inmediata se auxiliaron de la sucursal que abrieron en Santo Domingo a finales de 2016, hacia donde trasladaron inventario y realizaron una campaña de comunicación a sus clientes vía correo electrónico y redes sociales para dar a conocer el traslado, horarios de atención y precios, cuenta Marco Zapata Espinoza, propietario de las veterinarias que en conjunto emplean a una docena de personas.
Alianza con proveedores. Algo que ha aprendido Marco es ver la situación de forma integral y apostar al modelo ganar-ganar. “Esta crisis nos golpea a todos por igual, pequeños negocios, proveedores y consumidores”, comparte. Es por ello que han impulsado un modelo de negociación con sus proveedores, basado en obtener bonificaciones y descuentos que son trasladados al consumidor final, (recordemos que los proveedores también sufren la crisis. Adicionalmente han desarrollado una política de descuentos permanentes asumida por el negocio y un programa de fidelización para clientes frecuentes.
“Estamos haciendo jornadas quirúrgicas a precios especiales cada mes; en colaboración con algún proveedor elegimos varios productos que ofrecerán un súper descuento”, agrega.
Mercadeo agresivo. Contrario a lo que muchas empresas y negocios han hecho con la crisis, Mundo Animal ha apostado por un plan de mercadeo más agresivo, utilizando herramientas no muy costosas de publicidad.
Invertimos en hacer saber al publico cuáles son esos productos y qué beneficios va a obtener por ser cliente de Veterinarias Mundo Animal. Lo que no se anuncia no se vende». Marco Zapata, propietario de Veterinarias Mundo Animal.
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Las cafeterías Carmelitas han apostado por introducir nuevas ofertas de productos, combos y promociones. ¿Cómo? Haciendo alianzas estratégicas con otras pymes. Carmen Dávila, gerente de esta empresa que emplea a 8 personas, explica que la gremialidad (formar parte de redes y organizaciones empresariales) ha sido clave para tener ese contacto con otros negocios que buscan darse a conocer y crecer.
Esto les llevó además a buscar otros proveedores para mejorar la estructura de costos y no depender de un solo proveedor que quizás tuvo problemas por la crisis.
Manejo del personal. Otro aspecto importante que Carmen redescubrió es la necesidad de mantener cercanía y verdadera comunicación entre el propietario del negocio y empleados. “Ante las dificultades estar consciente de con quién estás trabajando y ayudarse mutuamente”.
En ese proceso –como gran parte de los negocios del país– modificaron su horario de atención para garantizar la seguridad de los trabajadores. Hubo días que llegaron a cerrar hasta las 2:00 p.m., lo cual genera un desbalance en cualquier empresa, sin embargo, quisieron priorizar la seguridad.
Nada ha sido fácil en estos seis meses para Carmelitas Coffee Shop: poco antes del estallido acababan de abrir una sucursal, la cual tuvieron que cerrar. Actualmente cuentan con dos, una en Plaza Bolonia y otra en PBS Bolonia. Fue una decisión difícil pero necesaria para la sostenibilidad del negocio.
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Algo que siempre he tenido claro es la importancia no trabajar bajo el esquema empresa-cliente, sino en crear una relación de alianza, donde ganés la confianza de tu contraparte y ésta no se sienta como un número más, sino que –además de un trabajo de calidad– el valor agregado sea que las empresas sientan que trabajar con vos no es un gasto, sino una inversión.
Al igual que el resto de negocios del país tuvimos una baja en la facturación entre finales de mayo y junio. ¿Qué provocó esto? Ver más allá de nuestras narices. Cuando el trabajo llega solo no necesitás ser muy creativo: las solicitudes de charlas en empresas eran constantes y cada vez llegaban –solitos– más clientes. Luego eso terminó, los contratos empezaron a posponerse o cancelarse y por el contexto nacional por muchas semanas dejamos de producir contenido para nuestras plataformas, pues con las tragedias diarias resultaba inapropiado.
Pero… ¿y qué hacer mientras tanto? Hacer las cosas de otra manera: lo nuestro es la educación financiera, pero veníamos haciéndolo principalmente desde nuestras plataformas. Era momento de ir más allá y demostrar que somos más que un blog, como dice nuestro nuevo eslogan. Podemos llevar la educación financiera a cualquier nivel, ya sea impartida por nosotros o por otros. ¿Y si no tenemos los equipos o personal para realizarlo? Ahí aplicamos la recomendación de Carmen, de Carmelitas Coffee Shops: aliarse con otros emprendedores.
Entonces, afinamos lo que habíamos iniciado meses atrás: diversificarnos y producir educación financiera para otras empresas, ya sea elaborando material educativo impreso, audiovisual, digital, para consumo interno o externo, campañas de educación financiera para ser ejecutadas por otras empresas, campañas para redes sociales, de comunicación y consultorías de desarrollo empresarial. La relación previa con nuestros clientes definitivamente ha sido clave.
Al final este proceso nos ha demandado trabajar más que antes que la crisis y, contrario al panorama negro que veíamos hace unos meses, hemos crecido, pasando a ser un equipo de cuatro personas en lugar de dos, con muchas ideas y planes enfocados en la realidad del país.
Al igual que los otros emprendedores que compartieron su experiencia al inicio, tenemos claro que ahora debemos trabajar mucho más para sobrevivir, pero debemos hacerlo y cada día pensamos en nuevas oportunidades de negocio. La zona de confort pasó a ser un lugar desconocido ¡y qué bien por ello!
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