Hay muchas cosas que “sabemos” que están pasando en el país porque las conversamos con nuestra familia, pareja, amistades, vecinos. Pero la mejor forma de medir la realidad es a través de los números. Por ello, a finales de 2019 desde Dele Peso a sus Pesos realizamos la encuesta Mujer, tu voz tiene peso, la que abordó a 781 mujeres, de las cuales 43.9% se identificó como empresaria, el 35.9% asalariada y el restante 20.2% fueron amas de casa, estudiantes, entre otras.
Este estudio nos permitió comprobar ciertas percepciones: las ventas de la gran mayoría de las empresas se han reducido (83.3% de las empresarias lo afirma), lo que las ha obligado a tomar medidas como disminuir el gasto en insumos, reducir el tamaño de sus operaciones, despedir personal, cerrar temporalmente el negocio, cambiar de proveedores y/o local, entre otras.
A la tensión que todas esas medidas pueden provocar se suma que el 81.1% de las emprendedoras ahora debe dedicar más tiempo a sus negocios porque tiene menos personal y/o porque su oferta de productos/servicios ha aumentado, pues hay que buscar los ingresos, ¿o no?
Y como si todo lo anterior fuera poco, el 88.2% de las encuestadas dijo estar a cargo de las tareas en su hogar, de las cuales el 39.1% manifestó que dichas tareas han aumentado. ¿Por qué? Este gráfico nos lo indica:
Esto evidencia que la crisis ha venido a empeorar la situación de las mujeres en Nicaragua, las que desde antes de 2018 padecemos inequidad en el mundo laboral: brechas salariales, menor actividad laboral respecto a los hombres, atribuibles directamente a la carga del hogar y mayor deserción laboral cuando son madres, tal como te lo explicamos en este artículo de 2017.
Sin dudas, la afectación de los dos años de crisis que llevamos sobrepasa lo económico y se refleja en lo emocional, lo que a su vez se traslada a nuestra salud física.
El problema es que debido precisamente a las limitaciones económicas no siempre logramos enfrentar de forma adecuada nuestros padecimientos, lo que se convierte en un círculo vicioso peligroso.
La sobrecarga laboral y la reducción de ingresos ha desencadenado que las encuestadas enfrenten estos padecimientos:
El retroceso de las mujeres en el mercado laboral y sus implicaciones en el aspecto emocional y físico se explican a detalle en el estudio Situación de las mujeres en el mercado laboral en 2019, promovido por la iniciativa Mujeres de Liderazgo, y el cual utilizó como insumos los resultados de la encuesta Mujer, tu voz tiene peso.
Es importante identificar la situación en la que estamos, pero más relevante es saber cómo debemos reaccionar para superarla. Las empresarias encuestadas mencionaron que, además de las estrategias de ahorro implementadas, han incorporado estrategias de diversificación y optimización de sus operaciones. Estas son algunas de las medidas empleadas:
Probablemente no todas las alternativas apliquen para todos los casos, pero lo que sí debemos hacer todos es desarrollar resiliencia financiera. ¿Qué es eso? Es tener capacidad de adaptarse a un nuevo contexto económico para sobreponernos, convirtiendo esas situaciones en un camino hacia el crecimiento. En resumen: aprender a recuperarnos.
Estas son algunas recomendaciones para lograrlo:
1. Evaluar lo que hemos hecho. ¿Qué estrategias ya implementadas funcionaron mejor y por qué?, ¿cuáles no han sido tan acertadas o no lograron los resultados deseados?
2. Saber dónde estamos. Es clave, antes de tomar cualquier decisión, evaluar nuestra situación actual real. Eso sólo se lo dirán sus números, ya sea que tiene negocio o es asalariado. ¿Cómo está su relación ingresos/gastos?, ¿cómo ha evolucionado su nivel de endeudamiento los últimos dos años?, ¿cón qué recursos cuenta para enfrentar esto? (bienes, conocimiento, ahorros) y, en caso de tener negocio: ¿cómo es mi consumidor actual y qué demanda?
3. Definir nuestra próxima movida. Si evaluamos de forma objetiva los aciertos y desaciertos, y conocemos bien lo que tenemos para enfrentar esta nueva realidad, contamos con más herramientas para definir nuestros próximos pasos a seguir. Cualquiera que sea su nuevo plan debe contener dos cosas clave: optimizar al máximo sus recursos (dinero, tiempo, conocimientos y experiencia) y generar varias fuentes ingresos, no depender solo de una.
Un ejercicio que todo el tiempo deberíamos poner en práctica es identificar las necesidades insatisfechas en nuestro entorno, pues son oportunidades de negocio que podríamos aprovechar.
Sobre la doble jornada (trabajo+hogar), tanto hombres como mujeres debemos hacer un esfuerzo por compartir las labores de modo que la carga se distribuya de una forma más equitativa, lo que podría impactar positivamente en la estabilidad emocional, la que –a su vez– necesitamos para tomar buenas decisiones financieras. Para conocer más sobre la encuesta Mujer, tu voz tiene peso, descargá aquí la presentación con los resultados.
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