Para nadie es secreto que durante las últimas semanas las compras de la mayoría de hogares se han visto trastocadas por la búsqueda de productos de limpieza, aseo personal, enlatados y algunos productos básicos. La pregunta es: ¿con qué dinero estamos haciendo esas compras?, ¿nuestro o crédito?
El COVID-19, o Coronavirus, ha venido a cambiar la dinámica de los hogares repentinamente y, si no se hace bajo un plan, podría dejar enfermo tu bolsillo por buen rato.
¿Qué hacer para estar prevenidos de forma mesurada, sin excesos que nos lleven a perder dinero? Aquí te explico:
1. Analizá escenarios. En caso de que se registren casos en el país y se cancelen clases, comercio, labores de oficina… ¿cómo te afectaría?, ¿qué deberías tener a mano para estar preparado/a?, ¿quién cuidará a los niños si no hay clases? OJO: no hablo sólo de qué objetos adquirir para estar listos, sino también analizar qué pasará con tus ingresos.
¿Trabajás por tu cuenta y si no abrís el negocio un día, no comés?, ¿trabajás en una empresa que no puede recurrir al teletrabajo o trabajo a distancia y, por ende, si no trabajamos no ganamos? NO se trata sólo de decir “comprá lo necesario”, sino que debemos ver más allá y pensar no solo en los gastos, sino también en los ingresos.
Para aterrizar mejor tus escenarios, te recomiendo informarte sobre las repercusiones que tendrá el Coronavirus en la economía de Nicaragua, pues los efectos sí se sentirán independientemente si hay casos o no.
2. Hacé un plan para mayor plazo. Después de haber hecho el paso 1, tratá de visualizar tus gastos elementales de los próximos 60 a 90 días, es decir, 2 o 3 meses. ¿Para qué? Para saber con cuánto contamos. ¿Nos alcanzará, incluyendo esos gastos extra en medidas de protección ante la enfermedad?, ¿con cuánto contamos por día?, ¿cuánto dinero prevemos (de forma realista) que vaya a entrar en ese período?, ¿cuánto dinero saldrá y cómo podemos cerrar ese grifo para no quedar desprotegidos?, ¿tendré déficit?, ¿tengo ahorros para hacer frente a un faltante? Usar los ahorros –incluso el fondo de emergencia, si tuvieras– debería ser la última alternativa.
Si presupuestar no ha sido un hábito hasta ahora, es momento de empezar. Es obligatorio. Y, si te estás preguntando por qué un presupuesto para tanto tiempo, te recuerdo que en China la población no pudo salir de sus casas durante dos meses.
3. ¿Cuánto comprar? Probablemente sea una tentación gastar buena parte en compras de enlatados, granos básicos y productos de aseo personal, como preparándonos para la cuarentena, pero hay que actuar con medida.
Si normalmente comprás para cubrir toda la quincena, no significa que debás comprar el doble o triple, sino para un tiempo adicional prudencial, que puede ser de una o dos semanas más (máximo 1 mes), de modo que en ese tiempo podás dar seguimiento a la enfermedad y su ingreso al país, así como las medidas que se adopten, sin que te quedés sin dinero para enfrentar una situación más tangible y de emergencia.
Recordá comprar cosas que regularmente consumís y ser cautelosos con las porciones para evitar desperdicios. Aún recuerdo previo al primer paro, en junio 2018, a la señora que llevó más de C$7,000 (más de 200 dólares) en atunes, sardinas y conservas. ¿Se los habrá consumido todos?
En este punto también hay que tener cuidado con los productos de prevención como alcohol gel y mascarillas, que se están ofreciendo a precios de locura y que, por hacer compras de pánico, podrías adquirir a precios absurdos. No comprés a la primera, tomate el tiempo de comparar precios en línea o por teléfono.
4. Cuidado con las deudas. En ese plan de gastos o presupuesto de 60-90 días que debemos hacer, debemos incluir los pagos de las cuotas de ese periodo, pues por el corre corre se nos pueden pasar las fechas y ello deriva en cargos administrativos, intereses moratorios y un problema para tu récord crediticio.
Nos preguntaron en nuestra página de Facebook si de llegarse a propagar la enfermedad en el país, los préstamos se podrían «congelar» o cambiar las disposiciones en torno a la mora. Sobre este tema debemos recordar que los créditos se rigen por entes reguladores. En el caso de Nicaragua está a cargo de la Superitendencia de Bancos y de Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), por tanto, los bancos no pueden decidir unilateralmente este tipo de medidas, sino que deben ser orientadas por el ente regulador.
Asimismo, cuidado con las deudas que adquirás durante este período, pues precisamente por la incertidumbre, no sabés si podrás pagarlas. Hay que ser prudente.
5. Invertí en tu salud y la de tu familia. Generalmente la dieta del nicaragüense promedio está compuesta en exceso por carbohidratos y grasas “vacías”, que no nutren nuestro cuerpo, sólo nos quitan el hambre. Este es momento de invertir en alimentarnos mejor, comer más frutas, vegetales y ensaladas (que no tienen por qué ser caros), mucho líquido e invertir en vitaminas para la familia.
6. Atención a tus seguros. A nivel global este ha sido un tema de debate, en torno a la cobertura de los seguros de gastos médicos en casos de pandemias (como ya fue declarada esta enfermedad por la Organización Mundial de la Salud), pero en Nicaragua estos seguros sí están cubriendo los gastos derivados por Coronavirus –en caso que empezaran a registrarse casos–, pues por ahora sigue catalogada como una enfermedad más a lo interno del país.
Te explico por qué: las aseguradoras son empresas reguladas y deben someterse a las leyes y mandatos de cada país. En el caso de Nicaragua la enfermedad no ha sido declarada epidemia, por tanto, las pólizas de gastos médicos siguen funcionando normal hasta que Ministerio de Salud oficialmente declare que la enfermedad está en otro nivel.
Si llegara a darse ese caso, no significa que la póliza deja de funcionar, sino que se sublimita a un monto específico que está fijado en la póliza, por tanto, la cobertura dependería de cada póliza. Este es buen momento para revisar si la cobertura contratada es la ideal.
En caso de la cobertura internacional, aplican las leyes del país donde esté. Y si ahí se declaró epidemia, igual la póliza se limita.
7. Ojo con los gastos extraordinarios. En el mejor de los casos, supongamos que llegan las vacaciones de Semana Santa y el Coronavirus no significa problemas para el país. ¿Te irás de vacaciones? Aunque quizás has venido ahorrando para ello y tenés todo listo, hay que ser precavidos con los gastos no necesarios o prioritarios, incluyendo el día a día.
Siempre hay formas de hacer frente a amenazas sin que esto signifique quedar “empeñados” o en la quiebra. Para ello se requieren dos cosas: guardar la calma y planificación. Si tenés ambas, tus finanzas no sufrirán.
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