Termina un ciclo e inicia otro. De hecho no mucho cambia, todos los días seguirán teniendo 24 horas y seguramente tus ingresos actuales son los mismos que el año pasado a los que percibías hasta el año pasado. Sin embargo, los nuevos ciclos –en este caso nuevo año– nos llenan de entusiasmo para hacer cambios de hábitos y nos llenamos de metas.
Probablemente en años anteriores te has propuesto que el año nuevo dará un giro radical a tu economía, sin éxito. Pero en esta ocasión será distinta, si seguís estos 12 pasos verás resultados reales:
1. Cambiar el chip. Pareciera lo más sencillo, pero realmente es lo más difícil, especialmente si llevás una vida de malos hábitos financieros. El primer paso es decidirte a hacer cambios y ser consecuente –y perseverante– con esa decisión. Si lográs este punto tenés la mitad del camino recorrido. Te recomiendo leer este artículo que explica cómo trabaja nuestra mente en asuntos de dinero.
2. Evaluarte. Este punto también será vital y no tan sencillo de lograr porque se trata de reconocer lo que no has hecho bien e identificar qué comportamientos son los que más afectan tu bolsillo. Esto es complejo porque probablemente muchos de esos comportamientos sean de tus cosas preferidas, aquellas popularmente conocidas como gastos hormiga u otros gastos huecos. No se trata de eliminarlos, pero sí moderarlos.
3. Ponete metas. Todo lo que siempre has deseado y no has podido realizar se convertirá en realidad si lo transformás en metas. ¿A qué me refiero? A ponerles plazo, saber cuánto te costará y qué harás para lograrlo. ¿Querés comprar un carro? Entonces identificá cuál querés, cuánto cuesta, cuánto tiempo te tomará reunir esa cantidad y, sobre todo, cómo harás para llegar a ella (qué cosas tendrás que hacer). Aquí podés hallar el paso a paso para fijarte metas alcanzables.
4. Hacé tu plan. La única manera de que tus metas se realicen y transformés así tu forma de usar el dinero es planear antes de gastar, es decir: presupuestar. Esto no es nada complejo, es simplemente decidir en qué usarás tu dinero cada quincena/mes/año. Hacé la lista de gastos (pago de deudas y ahorro incluidos) en orden de importancia y contrastala con tus ingresos, de modo que veas si te alcanza o si debés hacer recortes. Lo importante, más que hacer un presupuesto en sí, es hacer uno que podás cumplir. (En este post te enseño cómo).
5. No te gastés todo. El peor error que podés cometer es creer que debés gastar lo mismo que ganás, no: debés gastar menos y la diferencia ahorrarla. ¿Para qué? Precisamente para tener dinero por si se reducen tus ingresos, para cumplir tus metas o para cuando ocurra algo inesperado. En tu presupuesto destiná una parte para ahorro; podés empezar con una cantidad reducida (como 100 córdobas por quincena) e irla aumentando gradualmente. Lo importante es empezar. Te sugiero leer «Cómo empezar a ahorrar (ahora sí y de una vez por todas)«.
6. Controlate. El mal manejo de nuestro dinero se da por las decisiones que vamos tomando, incluso aquellas que parecen insignificantes como no llevar tu comida al trabajo, o comprar café en la cafetería en vez de tomar el de la oficina. Aprendé a controlar tus emociones y a tomar decisiones más pensadas y esto lo harás informándote y analizando el efecto de cada posible decisión. Aquí te doy más tips al respecto.
7. Consumir inteligente. Esto va más allá de preguntarte si lo necesitás o no, realmente quedarte sólo en eso sería una medida superficial. Evaluá si tu dinero lo estás dirigiendo hacia las cosas que realmente te darán bienestar y satisfacción real, es decir si lo orientás hacia aquellas metas que te propusiste al inicio. Cada compra debés razonarla: recordá que cada vez que destinás el dinero hacia una compra, restringís la posibilidad de hacer otra (que quizás sí es importante). Recordá que en este artículo te enseñé cómo consumir saludablemente.
8. Aprendé a usar el crédito. Se nos ha inculcado la idea errada de que si no es mediante el crédito “nunca tendremos nuestras cosas”, pero no es así. Si lográs administrar bien tu dinero –sea mucho o poco–, lograrás muchas cosas sin endeudarte. Recordá que el crédito debe usarse exclusivamente para aquellas cosas que no podemos adquirir de contado. ¿Comida, ropa, zapatos? Eso podemos cubrirlo sin pagar intereses. Y, si vas a usar el crédito, debés conocer a fondo estos tips.
9. Dominá la tarjeta de crédito. En general debés conocer y saber usar a detalle todos los productos crediticios, pero especialmente las tarjetas, por lo rápido que puede meternos en problemas si no lo sabemos utilizar. El primer paso es aprenderte tu fecha de corte y fecha de pago, seguido de revisar y analizar tus estados de cuenta. Es sencillo: hacé con ella sólo compras necesarias, lo más distante posible de tu próximo corte y pagá antes de la fecha establecida (y de contado, de prefencia). Te recuerdo que en este post te expliqué a detalle cómo usar bien tu tarjeta.
10. Cuidá tu récord crediticio. Se ha tomado con mucha ligereza la relevancia de tener un récord crediticio impecable, se minimiza “unos días de atraso”, sin darnos cuenta que nuestro récord crediticio es como el récord policial: si tenés antecedentes de mal comportamiento, se te cerrarán puertas. Revisalo anualmente (es gratis) y cuidalo. En caso que no esté actualizado, debés hacer las correcciones necesarias que te expliqué acá.
11. Mejorá tus ingresos. A veces se piensa que esto es imposible, pero siempre hay formas de generar dinero adicional. Pensá qué opciones tenés, ya sea en tu centro de labores o desde el hogar. Aunque sea poco, cada “peso” extra es bienvenido, ¿no es así? No te conformés con lo que ganás ahorita, esforzate por lograr más. Lo mismo debés hacer con tus ahorros: no los dejés dormidos, hacelos crecer invirtiéndolos. Esa es la clave.
12. Educate. Si creés que lograr las once recomendaciones anteriores es imposible, ayudate de la educación financiera para lograrlo. En cada punto tenés múltiples formas de conseguirlo, ¿cómo? Dedicá tiempo en tu educación sobre el manejo del dinero; hay miles de libros, portales web como Dele Peso a sus Pesos y miles más a nivel mundial. La información es poder y en este caso esa información nueva que vayás adquiriendo te dará nuevas luces sobre cómo darle más salud a tu bolsillo.
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