Cómo elegir qué carrera estudiar

Gisella Canales Ewest

A mediados de 2004, cursando mi último año de secundaria y mientras se acercaban las fechas de prematrícula en las universidades y con publicidad por todos lados, no sabía qué estudiar ni cómo elegir carrera entre tantas opciones. Estaba entre 5 carreras (sí, ¡CINCO!), todas diferentes entre sí y no sabía cómo tomar la decisión correcta, una de las más importantes en la vida.

¿Por qué es una de las decisiones más importantes? Porque con ella empezarás a construir el camino de tu vida. Y como sé que casi 20 años después las y los jóvenes siguen enfrentando estas dudas y falta de información sobre cómo decidirse, aquí te comparto mis recomendaciones y de expertos en el área, para que te sea más sencillo.

Primer paso: honestidad con vos

No se trata solamente de saber qué te gusta, sino de pensar en cosas que te gustaría hacer todos los días durante muchos años de tu vida. Puede sonar intimidante, pero es la realidad. Por eso debés darte tiempo (y seguir este proceso con calma) para conocerte mejor a vos mismo/a, saber qué querés lograr en tu vida y cómo te gustaría hacerlo.

No te limités a responderte si te gusta leer o no, o si te gustan las matemáticas o no, pues si bien son herramientas que utilizarás, no responde las preguntas: ¿qué querés hacer de tu vida?, ¿cuáles son tus intereses? Escribí las respuestas, hacé una lista y cuestioná cada una de ellas, de modo que vayás descartando aquellas que no te entusiasmen demasiado y con las que realmente no te identifiqués, pues te aseguro que muchas de las cosas que hayás escrito, realmente vinieron a tu mente por lo que has escuchado de tus amistades, de tu familia, o lo que has visto en personas que admirás.

Johana González, especialista en comunicación de la Dirección de Mercadeo de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), recomienda tomar en cuenta tus afinidades y destrezas al momento de elegir una profesión, es de vital importancia, pues «si no tenés pasión por lo que hacés, no tendrás éxito en tu desempeño profesional porque tendrás pensamientos negativos y de frustración que no te dejarán avanzar como profesional, inclusive como persona».

Segundo paso: hacer una lista de carreras preliminares

Una vez tengás claro en qué te ves en el futuro y qué te interesa, es momento de indagar qué carreras se relacionan. Con el listado que vayás armando, harás el primer filtro mediante la información que podás recabar sobre dichas carreras, y aquí el internet es gran aliado.

La ventaja de ahora en comparación a 2004 –cuando yo pasaba por la etapa de tomar esta decisión– es que podés investigar de forma más rápida y asequible todo sobre esas carreras: campo de aplicación (dónde podrías trabajar); perfil laboral (opciones de puestos que podrías ocupar); demanda de dichas carreras (¿es una profesión que las empresas estén buscando?); saturación de las mismas (¿hay exceso de egresados de esa carrera?); cuánto ganarás aproximadamente (cuánto en un principio y cuánto con ciertos años de experiencia, ya que no es igual); los posibles riesgos profesionales a los que podrías exponerte; en qué podrías especializarte para abrir más y mejores puertas laborales, etc.

En este sentido, González recomienda tomar en cuenta las consideradas «carreras del futuro», tales como la Ingeniería en Biotecnología Industrial, Diseño de Productos e Ingeniería en Computación, que son parte de la oferta de las 18 carreras que ofrecen.

«UPOLI es la única universidad a nivel nacional que oferta la Ingeniería en Biotecnología Industrial y la licenciatura en Diseño de Productos, carreras que tienen un enfoque futurista para hacerle frente a los cambios constantes que afronta la humanidad», destaca.

La Biotecnología Industrial es la encargada de la optimización de los procesos industriales, buscando reemplazar las tecnologías contaminantes por otras más limpias y amigables con el medioambiente. El Diseño de Productos desarrolla la innovación y dinamiza la producción de las industrias de hierro, textil, madera, cuero y otras, satisfaciendo las necesidades del usuario en busca de comodidad, calidad de vida y estética con enfoque ergonómico.

Un consejo adicional en este segundo punto sería preguntar a personas que hayan cursado las carreras que has preseleccionado sobre su experiencia y la aplicación de la misma en “la vida real”. Estoy segura que en tu entorno cercano puede haber personas con ese perfil.

Pero, aclaremos: en esta etapa no se trata de dejarte empujar por opiniones o experiencias personales, sino de prestar atención y extraer la información que considerés importante para vos. Recordá que todos somos diferentes y el éxito o fracaso de una persona no es garantía que a mí me irá igual. No a todos nos funcionan las mismas cosas.

Con tu lista más ajustada de posibles carreras, es momento de saber qué universidades las ofrecen.

Tercer paso: elegir dónde estudiar

Debés tomar en cuenta que aunque en términos generales una carrera en X o Y universidad puede parecer igual, cada casa de estudios puede tener un enfoque distinto y eso debe pesar a la hora de decidirte por cuál elegir.

Muchas veces he escuchado de que esta decisión tan importante como la universidad se toma con base en dónde estudiarán los amigos o por el precio de la misma (creyendo que lo más caro es obligatoriamente lo mejor, cuando no es así), pero lo más importante realmente es conocer las fortalezas de cada casa de estudios: prestigio, calidad, infraestructura, percepción de las empresas sobre los egresados de dicha universidad, pero también el grado de apertura que puedan mostrar hacia los posibles estudiantes.

No tengás miedo o vergüenza de contactar a las distintas casas de estudio para solicitar visitas o pedir mayor información sobre los planes de estudio y subvenciones o becas. Al contrario, ese nivel de atención podrá decirte mucho sobre esa alternativa.

Existen universidades que realizan test vocacionales que te pueden ayudar a identificar tu perfil y carrera profesional, como la UPOLI. Así que sin temor podés comunicarte para consultar al respecto.

Un tip que quiero darte sobre este tema con base en la experiencia de varias personas que he conocido: si tus ingresos son limitados, podrías inclinarte de primera mano por una universidad pequeña y menos costosa, pero consultá también sobre los costos de culminación de la carrera, pues en muchos casos las mensualidades pueden ser asequibles, pero los aranceles para obtener el título son excesivamente altos, impidiendo lograr tan importante paso.

A la hora de elegir potenciales casas de estudio también tomá en cuenta: si tendrías que mudarte o vas a viajar diario, tiempo de camino ida y vuelta por día (si es muy extenso, podría hacerte desistir de continuar), si por la distancia y tiempo de camino pasarás más horas en la calle y eso implicará gastos en comida, etc.

Pregunté a través de mi cuenta de Instagram qué cosas les gustaría haber sabido a nuestra comunidad antes de elegir carrera y estas fueron algunas de las respuestas, para que tomés en cuenta:

Lo que NO debés hacer en este proceso

No sintás prisa por elegir una carrera, ni te dejés llevar únicamente por el “cuánto voy a ganar”, pues un jugoso sueldo puede hacerte sentir bien al inicio, pero si lo que estás haciendo realmente no te apasiona, tu desarrollo profesional será limitado.

Tampoco te prejuiciés o te dejés llevar por opiniones de los demás, o por lo que estudiaron tus padres. Date la oportunidad de elegir algo adecuado según tu personalidad y en una universidad que te ayude a lograr tus metas de vida.

«La Universidad Politécnica de Nicaragua hace la invitación a los jóvenes y padres a visitar sus instalaciones, redes sociales y sitio web para que conozcas las carreras que ofrecen, recuerden que esta es una decisión importante en la vida, pues esta marcará toda tu historia. No te desesperés, mantené la mente abierta y arriesgate a cumplir tus sueños», aconseja UPOLI.