Yocasta Orozco
Cada año me propongo una meta nueva, más ambiciosa que la anterior. A principios de 2023, me sentía agotada de viajar en autobús debido a las dificultades y gastos que implicaba, así como de tener que gastar en taxis eventualmente para moverme con más comodidad.
En enero de 2023 cumplí 26 años y reflexioné sobre mis logros y posesiones. Había adquirido algunos bienes por mi cuenta, pero ahora quería algo que me asustaba un poco debido a la alta tasa de accidentes de tránsito y la falta de cortesía e irrespeto a las señales de tránsito: una moto.
¿Por qué una moto? La respuesta era simple: no era tan cara como un carro, tanto en la compra como en el mantenimiento y repuestos. Además, el gasto de combustible era mucho menor en una moto que en un carro.
En febrero de 2023, comencé a trabajar en mi meta. Investigué cuánto costaría una moto nueva, cuál era la mejor marca (considerando la disponibilidad y costo de repuestos, así como el mantenimiento), el costo si la compraba al crédito (incluidos los intereses) y qué debía hacer para comprarla al contado. Mi preferencia era comprarla con mis propios medios, por la satisfacción que ello conllevaba. Comencé realizando una revisión detallada de mis finanzas personales.
Para motivarme abrí una cuenta de ahorro especial para mi objetivo personal y la llamé «Moto Génesis Roja». Sabía que debía ahorrar al menos US$1,000 en 11 meses, lo que significaba al menos $90 por mes. Era una meta alta porque ya tenía otra meta de ahorro en la que estaba trabajando.
La única opción para cumplir esta nueva meta era recortar gastos en cosas que sabía que eran lujos o gustitos y no necesidades. Una de las decisiones más difíciles fue dejar el gasto en salón de uñas, que solía realizar al menos 3 veces al mes, con un promedio de $40 cada visita (entre manicura y pedicura). Busqué una opción más asequible y reduje la frecuencia a una vez por mes.
También reduje mis salidas y visitas a restaurantes, como mis adoradas alitas. Antes compraba semanalmente, pero también reduje esa frecuencia. Dejé de gastar en ropa y de pasear por los centros comerciales sin motivo.
Después de recortar gastos personales, hablé con mi hijo para involucrarlo en el proceso. Le expliqué que a veces tendría que decirle que no a ciertas cosas que él quería pero que no eran necesarias, sino gustitos. Aunque era pequeño, comprendió que la meta era más importante.
Luego busqué formas de obtener ingresos extras, y con la ayuda de mi madre iniciamos un negocio de venta de ropa al crédito entre familiares y ventas en línea. Recuerdo que cualquier ingreso extra que recibí lo convertí en ahorro.
En septiembre, siete meses después de haber iniciado este proceso, estaba lista para comprar mi anhelada moto nueva, pero mi madre se enfermó y tomé la decisión de dejar mi trabajo para cuidar de ella.
Fue así como tenía los ahorros de todos esos meses y mi liquidación, una suma de dinero bastante grande, lo que representó la oportunidad perfecta para materializar la meta.
Pero, al dejar de tener ingresos fijos supe que eventualmente necesitaría de mis ahorros para cubrir los gastos, ya que mi fondo de emergencias no era suficiente.
Y sabía que quedarme sin dinero o sin mi moto no era una opción y fue allí recibí un sabio consejo que decía: «tu primera moto te ayudará a aprender a manejar, así que es inevitable que la rayés o dañés mientras aprendés».
Por ello decidí comprar una moto usada en vez de la nueva planificada inicialmente, pero me aseguré de encontrar a alguien de confianza que me ayudara a revisar sus aspectos mecánicos.
Pasé un día probando diferentes motos, que tenían precios entre US$970 y US$1,400. Además del precio, consideré el consumo de combustible, el estado de mantenimiento y el tamaño.
Finalmente decidí comprar una moto automática Genesis Jorg-125 del 2021 por US$970, pagada al contado. Y desde el primer día la llevé a revisión y mantenimiento preventivo.
La moto es muy económica: lleno el tanque con 125 córdobas y puedo recorrer al menos 70 kilómetros. Pero eso no significa que no puedan surgir otros gastos, por eso siempre mantengo un fondo de emergencia para cualquier mantenimiento o reparación que pudiera necesitar.
Si entre tus objetivos está comprar cualquier bien y se te dificulta alcanzar la suma de dinero necesaria, con base en mi experiencia, te recomiendo:
Luego de cinco meses fuera del trabajo, en febrero pasado me reintegré a Dele Peso a sus Pesos, nuevamente con ingresos fijos y ahora con un “check” más en mi lista de metas por realizar, planificando la próxima.
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