¡Cuidado con la trampa de gastos del  último trimestre del año!

El último trimestre del año es conocido por un aumento considerable en el gasto personal y familiar. A finales de noviembre y principios de diciembre, los trabajadores reciben el décimo tercer mes o aguinaldo, un ingreso extra que incrementa la disponibilidad de dinero y -sin darse cuenta- eleva también la disposición a gastar en cosas que durante lo otros meses no pudieron.

Esta entrada de ingresos suele crear una falsa sensación de seguridad financiera, ya que muchas personas asumen deudas pensando que podrán cancelarlas con el aguinaldo, o tienden a gastar más en cosas innecesarias. 

Al mismo tiempo, los comercios son conscientes de esta mayor liquidez (y disposición al gasto), por lo cual lanzan agresivas campañas de descuentos y promociones, impulsando el consumo en esta época.

Entre las celebraciones, ofertas y la proximidad de un nuevo año, es fácil caer en un patrón de gasto descontrolado. En este artículo, te mostramos las principales razones detrás de este fenómeno y cómo podés evitar caer en el endeudamiento.

1. Eventos y celebraciones

Entre octubre y diciembre, la agenda está repleta de eventos como La Gritería, Navidad, intercambios de regalos, y Año Nuevo. Estos eventos no solo implican regalos, sino también comida, ropa especial, y hasta gastos en decoración. La presión social y el deseo de participar plenamente en estas festividades tienden a hacer que las personas gasten más de lo que deberían.

Consejo: Creá un presupuesto específico para cada evento. Esto te permitirá disfrutar de las celebraciones sin desestabilizar tu economía. También podés priorizar experiencias sobre regalos materiales o hacer vos mismo las decoraciones y envoltorios de los obsequios, lo que ayudará a reducir los gastos.

2. Ofertas y descuentos

Con el “Black Friday”, “Cyber Monday” y las ventas navideñas, las personas se ven tentadas a realizar compras impulsivas, atraídas por el aparente sentido de urgencia que los comercios generan. Las estrategias de marketing están diseñadas para incentivar la compra rápida, muchas veces sin reflexionar si realmente se necesita lo que se está adquiriendo.


Consejo: Antes de lanzarte a aprovechar una oferta, preguntate si realmente necesitás el producto. Una buena táctica es hacer una lista de compras con anticipación y compararla con las promociones de la temporada para evitar gastos innecesarios.

3. Bonificaciones y aguinaldos

La inyección de dinero por el aguinaldo suele generar una falsa sensación de estabilidad económica que alienta a muchos a gastar más de lo debido, a veces incluso comprometiéndose con deudas a corto plazo.

Consejo: En lugar de gastar todo tu aguinaldo, destinalo en parte a ahorrar o invertir. Así podés asegurarte de que ese dinero extra te genere beneficios a largo plazo y no se esfume en compras impulsivas.

4. Compensación emocional

Para muchos, el cierre de año trae consigo estrés emocional o nostalgia, lo que puede desencadenar comportamientos de compra impulsiva en un intento de sentirse mejor. Las compras, en estos casos, se convierten en una forma de lidiar con estas emociones, aunque rara vez logran proporcionar satisfacción a largo plazo.

Consejo: Ser consciente de cómo las emociones influyen en tus decisiones financieras es clave. En lugar de buscar alivio temporal en las compras, considerá realizar actividades que te brinden bienestar sin comprometer tu presupuesto, como pasar tiempo con la familia, hacer ejercicio, o dedicar más horas a un pasatiempo.

¿Cómo evitar el efecto de «lo recupero después»?

En esta temporada es común escuchar frases como «Lo gasto ahora y lo recupero con el aguinaldo», pero esta mentalidad puede ser peligrosa. Aunque la bonificación puede parecer un colchón para gastos, si no se administra bien puede llevar a deudas que afecten tu bienestar financiero en los primeros meses del siguiente año.

El último trimestre del año es una época llena de tentaciones de consumo, pero con una correcta planificación y un enfoque consciente en la administración de recursos, es posible disfrutar de las festividades sin poner en riesgo tu estabilidad financiera. Recordá que lo importante es controlar el dinero y no dejar que el dinero te controle. ¡Empezá el año nuevo con unas finanzas saludables!

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