El cierre e inicio de ciclos es un buen momento para autoevaluarnos y evaluar a detalle nuestras empresas o negocios.
Más allá de lo que diga tu estado de resultados, es hora de que hagás una revisión de las cuentas: ¿realmente estoy cobrando los precios adecuados?, ¿cómo está el nivel de endeudamiento del negocio?, ¿tengo una reserva para enfrentar una crisis o tendría que recurrir al endeudamiento?
Durante las asesorías de desarrollo empresarial que hemos desarrollado en Dele Peso a sus Pesos durante 2017 hemos encontrado que es muy frecuente que las pequeñas empresas cometan serios fallos en el cálculo de sus costos y precios o tarifas de sus productos y/o servicios. Y no hablo de las microempresas o emprendimientos, sino empresas con muchos años de constituidas y más de 20 colaboradores.
¿Cómo saber si la tuya no está en esta situación? Revisando las cuentas. Aquí te dejo varios indicadores a los que deberías prestar atención para garantizar la rentabilidad y sostenibilidad de tu negocio. ⬇
1. Salarios y personal. Es común que en las pequeñas y medianas empresas no se definan claramente los salarios de los propietarios-directivos, o se estimen al azar, no en correspondencia de las condiciones del mercado, de los promedios salariales del sector, de sus competencias y conocimientos o experiencia y, mucho menos, acorde a la realidad económica de la empresa. Hay que ser objetivos y hacer una revisión. Lo mismo ocurre con los salarios de los principales cargos.
En el caso de los emprendimientos ocurre algo peor: no se definen salarios, sino que se mezclan los ingresos del negocio con los personales y esa combinación no augura el éxito.
Es necesario revisar también –mediante indicadores– el desempeño del personal. ¿Realmente necesitás la cantidad de personas que hay en la empresa?, ¿hacen falta?, ¿hay demasiados? Debés recordar que esto incide directamente en los costos y productividad. Y, por ende, en la rentabilidad.
2. ¿Caja chica? Una falla frecuente en las empresas es cuando se les asigna el rol de caja chica de gastos personales, especialmente cuando se trata de una empresa familiar. Con frecuencia se achaca este mal a los emprendimientos o micronegocios, pero es un denominador común en pequeñas, medianas y hasta en grandes empresas, ocasionando un recargo de costos o generando pérdidas. Si este es el caso de tu empresa, debe ser atendido de inmediato.
3. Nivel de endeudamiento. ¿Cón qué frecuencia te has preocupado por analizar el nivel de endeudamiento de tu empresa? Más allá de ver qué proporción ocupan los pasivos del negocio en el balance general –en caso que llevés contabilidad formal–, deberías aprovechar este cierre e inicio de año para analizar el rendimiento de esas deudas: ¿realmente han aportado al negocio, lo han hecho crecer? Esta revisión deben hacerla todos los negocios, independientemente de su tamaño.
Si no llevás contabilidad, el ejercicio podría resumirse así: sumá las deudas del negocio y las dividís entre los bienes e inventario (mercadería, estantes, vitrinas, empaques, etcétera). Ejemplo: C$23,000÷C$35,000= 0,65 o 65% de endeudamiento. Trabajá por no superar el 70%
4. Costos/precios. Como te mencionaba al inicio, es común encontrar en las pequeñas empresas múltiples operaciones en las que lejos de ganar, terminan perdiendo dinero. ¿Por qué? Porque no se han dado a la tarea de revisar adecuadamente sus costos de operación y los costos individuales de cada producto o servicio. Podrías estar perdiendo, o simplemente dejando de ganar dinero por no hacer este ejercicio.
5. Seguros. Las micro, pequeñas y medianas empresas –incluso a veces las grandes– no se protegen adecuadamente de los riesgos. Proteger tu mercadería, tus vehículos, maquinaria, el edificio donde operan y hasta los equipos de oficina debería ser obligatorio. Pero, adicionalmente: los seguros colectivos para colaboradores.
En Nicaragua aún nos falta desarrollar la cultura del uso de seguros, pero eso no debe eximirte de esta responsabilidad. Recordá que es mejor tener un seguro y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo.
6. Ahorro. Al igual que a nivel de tus finanzas personales, tu empresa o negocio también debe tener ahorros. Desde el ahorro obligatorio, como es el de las prestaciones laborales que van acumulando los colaboradores, hasta un fondo para futuras inversiones o hacer frente a emergencias. ¿El ahorro de tu empresa o negocio equivale a cuántos meses de operación? Hacé cuentas.
7. ¿Y las finanzas de los colaboradores? Aunque no es directamente un indicador de las operaciones de la empresa, el estado de las finanzas de tus colaboradores sí puede incidir negativamente en las cuentas. Ya sea porque su productividad baje seriamente al estar pendientes de resolver sus problemas económicos en vez de sus funciones en la organización, o porque la crisis que vivan podría empujarles a prácticas deshonestas en contra de la empresa: es necesario prestar atención a este tema.
Es probable que algunos colaboradores soliciten préstamos con frecuencia, adelantos de nómina y hasta pidan adelanto de aguinaldo para resolver su situación, o renuncien para pagar deudas con su liquidación, desestabilizando las cuentas del negocio. Esta es una señal de alerta y las empresas deben ser proactivas en el tema y contribuir a erradicarlo mediante la educación financiera. Más que un gasto, es una gran inversión para la estabilidad de la empresa.
Como verás, hay mucha tarea por hacer en la empresa. ¿Empezamos??