Gisella Canales Ewest
¿Has pensado en cómo serán las finanzas de tus hijos cuando sean adultos? Tengo completa seguridad que no querrás que enfrenten las limitaciones o problemas económicos que podrías haber vivido, pero… ¿cómo evitarlo?
Con frecuencia cuando abordamos este tema en capacitaciones con padres, piensan en herencias monetarias, o la calidad de educación que puedan darles, pero esa educación trasciende el hecho de elegir el mejor colegio o que reciban la mayor cantidad de cursos de idiomas o actividades extracurriculares, también incluye la educación financiera.
¿De qué le sirve a un pequeño que le des una “mesada” o una cantidad de dinero periódica si no has podido explicarle todo lo que se tuvo que hacer para ganar ese dinero; si no conoce cómo administrarlo correctamente; si no conoce la diferencia entre dejarse llevar por impulsos y gastar todo ese dinero en el cafetín del colegio o la tiendita cercana?
Trabajar en buenos hábitos financieros para nuestros hijos puede parecer algo lejano, que se abordará en algún momento cuando crezcan, o porque quizás nosotros, sus padres, aún tenemos muchos aspectos que mejorar. Pero, alerta: mientras más postergués este paso, resultados menos exitosos tendrás.
La educación financiera inicia en el hogar y se realiza en el día a día, incluso sin hablar sobre ella directamente: la forma en la que gastás, tus ideas sobre el dinero, la forma que manejás el crédito, todo eso y más los pequeños lo van absorbiendo al observarte.
¿Cómo enseñarles a tener una mejor relación con el dinero? Aquí te detallo una serie recomendaciones seguir en tu hogar.
¿Qué es el dinero?, ¿para qué sirve?, ¿qué cosas en su vida necesitan dinero? (prácticamente todo), pero, sobre todo: ¿de dónde sale?, ¿qué debo hacer para ganarlo? Cuando los pequeños comprenden mejor este tema, esos pedidos irracionales de juguetes o “chiverías” disminuyen, pues tienen más claridad que el dinero es algo no tan fácil de conseguir, requiere trabajo y esfuerzo, por lo tanto, debemos cuidarlo.
Cuando conocen mejor el valor del dinero, hay que practicarlo en el día a día: el dinero no alcanza para todo, por lo tanto, debemos decidir a diario qué cosas sí se pueden hacer y cuáles no. Involucrá a tus pequeños en pequeñas decisiones para poner en práctica esto.
Conforme ellos vayan apropiándose de su capacidad de decidir, también deben saber que son capaces de lograr cosas, ahí es fundamental que aprendan a fijarse metas y a trabajar por ellas. Aquí te explico más a detalle cómo lograrlo.
Las metas se cumplen cuando orientamos nuestro dinero hacia ellas, cuando aprendemos a gastar menos en lo no esencial, para priorizar lo que queremos lograr. El ahorro debe tener siempre un propósito para que se convierta en un ejercicio que dé frutos, y por ende, se convierta en un hábito.
No hay una edad mínima para empezar a ahorrar, al contrario, mientras más temprano lo hagamos, más se afianzará el hábito.
La tradición es iniciar este ahorro en una alcancía o un envase con tapa, pero para llevar ese hábito al siguiente nivel, debe hacerse de manera formal, es decir, en el banco.
¿Es necesario que un niño pequeño o un adolescente ahorre en el banco? Sí, porque:
¿Qué opciones tengo para que mis hijos ahorren? Hace dos años y medio, cuando mi hija tenía 6 años, decidimos que abriera su primera cuenta de ahorros a su nombre, la cual conserva y alimenta periódicamente, cuando saca lo que va guardando en sus alcancías y lo traslada al banco. Ella abrió la Cuenta Juvenil de BAC.
El proceso para abrir fue sencillo. En nuestro caso llenamos el formulario de solicitud de la cuenta y al finalizar éste, se generó un código de oportunidad con el que fuimos una sucursal con la documentación que se solicita. Ahí firmé un contrato de apertura de la cuenta como su tutora.
En el caso de los menores de 16 años, se solicita: partida de nacimiento actualizada, 1 referencia personal (si el padre/tutor no es cliente del banco) y copia de cédula de identidad del padre/tutor.
Para los adolescentes a partir de 16 años, se solicita: cédula de identidad del menor y 1 referencia personal del menor.
Reitero: nunca es demasiado temprano para enseñar a ahorrar a nuestros pequeños y vos, como su primer maestro/a debés guiarle en el desarrollo del hábito. Sé su inspiración y mostrale que el dinero no debe ser un dolor de cabeza, sino un medio para hacer realidad nuestros sueños.
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