Aunque para muchos pudiera parecer imposible, debemos tener claro que la economía de Nicaragua aún no ha tocado fondo, lo que amenaza la (frágil) estabilidad de las empresas y de los asalariados, por lo que debemos saber cómo enfrentar una crisis tan prolongada.
Hasta febrero pasado (dato oficial más actualizado) la actividad económica del país llevaba diez meses de caída consecutiva, es decir que la producción de bienes y servicios sigue reduciéndose, principalmente en los sectores: comercio, construcción, intermediación financiera, pesca/acuicultura y hoteles/restaurantes, según recoge el Monitoreo de las Actividades Económicas de Nicaragua Junio 2019.
Con base en este comportamiento, las proyecciones de ese centro de pensamiento apuntan a que la economía se reducirá entre 7.3% y 10.9% este año, en comparación con el tamaño que tenía en 2018 (cuando se achicó respecto a 2017).
El Monitoreo que mencionamos anteriormente recopila los resultados de una encuesta a 13 gremios y 42 empresas clave que cubren un total de 26 actividades económicas y, con base en el comportamiento observado durante los últimos meses, prevén que las ventas entre mayo, junio y julio tendrían este desempeño:
OJO: ese crecimiento que esperan los últimos cuatro sectores NO significa que están esperando una recuperación significativa, sino que en comparación a los mismos meses de 2018, prevén mayor nivel de ventas tomando en cuenta que el año previo esos fueron los peores meses de la crisis a causa de la violencia, con ventas casi nulas en muchos casos.
Si tenés una empresa (por muy pequeña que sea) debés tener presente que lo más probable es que la demanda (y por ende las ventas) seguirán a la baja, al mismo tiempo que los costos de producción/operación aumentan, pero sin la posibilidad de poder aumentar precios debido precisamente a la baja demanda (como te expliqué ampliamente en este artículo). Esto se suma a menor acceso a financiamiento, más impuestos que pagar, menos liquidez, entre muchos otros elementos negativos que desde hace meses vienen enfrentando las empresas y que –al menos a corto plazo– no van a mejorar.
Esto obligará a la mayoría de las empresas a recortar significativamente la escala de sus negocios. Lo anterior implica más despidos, menor producción e inversión, lo cual a su vez afecta a las empresas abastecedoras, acentuando la crisis económica”, advierte FUNIDES.
Y, aunque te pueda parecer desalentador, este recorte es prácticamente inevitable ante la caída en el poder de compra de los consumidores y en la disminución del número de clientes de los negocios. Por ello debés prestar atención a los siguientes puntos:
✔ Nuevos acuerdos laborales. Es necesario que los colaboradores conozcan sobre esta realidad para que se valore la opción de establecer nuevos acuerdos salariales y laborales que eviten –al máximo posible– nuevos despidos.
✔ Control a los números. En este punto debemos recalcar un punto en el que hemos hecho hincapié desde que inició la crisis, tanto en nuestros artículos como en capacitaciones con micro y pequeños empresarios: en esta fase es VITAL que mantengan un control estricto sobre la contabilidad de la empresa (sin importar su tamaño). Es necesario que mejoren su control de costos y eviten desperdicios. Y la única forma de lograrlo es llevando una buena contabilidad.
✔ Hay que dar más. Es necesario que las empresas desarrollen su creatividad, innovación y diferenciación con respecto a otras de su ramo, al mismo tiempo que deben continuar la búsqueda de nuevas oportunidades de negocios.
✔ Situación cambiante. Todas las empresas debemos aprender a entender a nuestros clientes actuales o a los potenciales (en caso de estar planeando un negocio o iniciándolo), para satisfacer sus necesidades, las cuales pueden estar cambiando debido a la crisis.
En tiempos de crisis también surgen nichos de mercado que pueden ser aprovechados por emprendedores o empresas atentas a captar velozmente las oportunidades de negocios”, aporta FUNIDES.
Es probable que tras un año de dificultades económicas pensés que ya no hay más por hacer, ni dónde recortar, pero… ¿realmente es así?
Primero, seamos realistas: si aún tenés una fuente de ingresos –aunque éstos se hayan reducido– estás mejor que gran parte de la población (la cantidad de empleos formales se redujo 17.3% en 2018 y este año caerá más), por tanto debemos potenciar esa oportunidad.
Esa fragilidad en el empleo provoca incertidumbre en los hogares que dependen de un salario, por lo cual se debe priorizar gastos y evitar sobrecargar el presupuesto mensual con salidas financieras que impliquen múltiples pagos a largo plazo (por ejemplo automóviles, electrodomésticos), especialmente si no son vitales.
Y aquí debés tomar en cuenta que el manejo adecuado del crédito pudiera ser otra estrategia de los asalariados para manejar mejor la actual crisis económica, pues el uso óptimo de las tarjetas de crédito pudiera solventar problemas de liquidez de corto plazo y así cerrar los desbalances entre ingresos y egresos de efectivo en el hogar.
Como te expliqué en este artículo, si dominás información elemental de tu tarjeta, como la fecha de corte y fecha de pago, podés tener varias semanas de financiamiento sin intereses.
Una recomendación adicional es que las familias dispongan de una herramienta de seguimiento de gastos e ingresos del hogar, lo que permite tener una idea clara de las necesidades efectivo durante el mes y sus fechas, para así poder usar adecuadamente el financiamiento de corto plazo de las tarjetas, por ejemplo, y al mismo tiempo que les permita tener un mejor panorama para realizar recortes de gastos sin poner en peligro las necesidades básicas del hogar.
Y, algo en lo que no me canso de insistir, es que no debemos esperar a que la crisis toque a nuestra puerta. Seamos proactivos y busquemos formas adicionales de generar ingresos, incluso desde el hogar, para preparar el colchón que podrá amortiguar mayores golpes financieros que pudieran llegar.
Como ves, para que sigamos dándole peso a nuestros pesos, debemos organizarnos mejor –tanto empresas como asalariados– y aprender a tomar decisiones inteligentes, así como a desarrollar formas creativas de aumentar nuestros ingresos. ¡Iniciemos!
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