Cómo fijarte metas financieras alcanzables

Todos sabemos lo que queremos, pero no siempre logramos dar forma a esos anhelos para que se conviertan en realidad, y es por ello que hoy te traigo el paso a paso para que construyás metas financieras alcanzables.

Las metas que vayás a ponerle a tu dinero deben responder a una pregunta muy sencilla: ¿qué querés alcanzar en la vida? Es necesario que tus metas u objetivos vayan dirigidos por esa respuesta para que, al ser algo realmente importante para vos, te tracés el compromiso a realizarlas.

A continuación te compartimos las preguntas que debés realizarte para definir metas alcanzables y medibles.

¿Qué? El factor fundamental para que tus metas se puedan realizar es la dosis de realismo que le pongás a ellas. ¿Eso que estás planificando realmente es alcanzable?, ¿contás con los recursos necesarios –o al menos cercanos– para lograrlo?

Si tu objetivo es realista, lo verás más cercano y eso te empujará a trabajar con disciplina por ello; sin embargo, si es inalcanzable, te podés frustrar al verlo demasiado lejano, y desistir con facilidad.

¿Cuándo? Una vez definido qué querés lograr con tu dinero, el segundo paso es determinar cuánto tiempo te tomará llegar a ello. Debés saber si será una meta de corto plazo (desde unos cuantos meses hasta máximo 2 años), tales como comprar un televisor nuevo, mejorar tu casa o realizar una celebración; o si es de mediano plazo (entre 2 y 5 años), tales como ahorrar para la prima de tu casa o vehículo, estudiar una carrera universitaria o establecer un negocio; o si es una meta de largo plazo (que te tome de 5 años a más), como sería tu plan de vida una vez te jubilés, lo que a su vez requeriría submetas de corto y mediano plazo para lograrlo, tales como alcanzar determinada cantidad ahorrada para luego invertir y que tu dinero crezca.

¿Cuánto? Conocer la suma que necesitás para lograr tus objetivos es vital para que se hagan realidad, pues te ayudará  saber si eso que te planteás encaja con tus posibilidades y te ayuda a saber qué debés hacer para lograrlo, financieramente hablando: ¿sólo basta ahorrar durante un tiempo o requerirás de un crédito?, ¿tendrás que buscar ingresos extra o con sólo reducir tus gastos podrás reunir lo necesario?

Si necesitarás de un crédito, por ejemplo, debés apoyarte de herramientas gratuitas como esta para calcular las mejores condiciones.

¿Cómo? Ya definidas cuáles serán tus metas, cuándo vas a hacerlas realidad y cuánto te costará, es más sencillo determinar cómo vas a lograrlo: ¿tendrás que reorganizar tus gastos para garantizar el ahorro?,  ¿tendrás que dejar de hacer hoy algunas cosas que te gustan para asegurarte que tendrás aquello que sí te dará una felicidad duradera?, ¿tendrás que mudarte de casa, cambiar tu medio de transporte o llevar tu comida al trabajo?


Son tantas las opciones de cómo podemos usar más eficientemente nuestro dinero, acorde a nuestras metas. Lo importante es definir cuáles calzan con nuestro plan y cuáles estamos dispuestos a asumir y mantener a lo largo del tiempo que dure el plan.

Para que tus metas se  hagan realidad, ordenalas según su importancia para vos y recordá que cumplirlas es algo que construirás en el día a día mediante tus decisiones –desde las que parezcan muy pequeñas hasta las más significativas–, pues todas ellas deben apuntar hacia esos objetivos.

Periódicamente debemos autoevaluarnos: revisá cómo vas avanzando y si tus finanzas están enfocadas a esas metas que te planteaste. Si no es así, esta revisión te permitirá reorientarte y finalmente lograr eso que tanto deseás pero que aún no sabés cómo concretar. Para resolver esas dudas también podés apoyarte en la educación financiera.  Es hora de empezar.

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