Perdí mi empleo: ¿qué hacer con mi liquidación?

El desempleo va en aumento, lo que hace que con más frecuencia nos lleguen consultas sobre cuál es la mejor decisión para usar la liquidación o finiquito laboral.

¿Abrir una cuenta de ahorro en córdobas (moneda en que se recibe la indemnización), o cambiar el dinero a dólares?, ¿Debo usarlos para invertir en un negocio?, ¿Pago mis deudas? ¿Los tengo en casa?, son algunas de las interrogantes que más se hacen los lectores que nos han escrito.

Entonces, empecemos: al igual que cualquier otro tema de nuestras finanzas personales, no hay una fórmula mágica o plantilla que se adapte a todos los casos, especialmente en contextos como el que vivimos, en que no tenemos certeza de cuándo volverás a tener ingresos estables.

Cada realidad cambia y debe analizarse por separado (además que cada liquidación es diferente). Sin embargo, hay una serie de principios básicos que debés tomar en cuenta:

1. ¿Ese dinero para cuántas personas es? No es lo mismo administrar para una persona que para tres o cinco. Por tanto, si toda tu familia depende de ese dinero, lo que debés priorizar es sus gastos básicos: servicios del hogar elementales como agua y energía eléctrica, la comida y educación.


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Si pagás internet, cable u otras suscripciones, es momento de analizar si te conviene seguir con ellas. En el caso de la comida es momento de hacer un presupuesto muy básico para al menos tres meses y abastécete con lo que no sea perecedero y separá el dinero correspondiente de ello. Y en el caso de educación, garantizar la mensualidad o transporte (si pagás recorrido, ahora tendrás más tiempo de llevarle en transporte público, así que analizá qué le conviene más a tu bolsillo).

2. ¿Y las deudas? Si sos una persona libre de deudas, o con créditos muy pequeñitos (como los de oficina), indudablemente debés cancelarlos con tu liquidación. En el caso de créditos más grandes, analizá si tu disponibilidad de dinero luego de priorizar lo que te expliqué en el punto 1 te permite cancelar algún crédito.

Si no es así, te recomiendo que pagués de forma anticipada al menos tres cuotas de cada una de esas deudas. Ojo: no sería un abono extraordinario, sino un adelanto de cuotas, pues lo que buscamos es tener tiempo sin la presión de cobros, de manera que tengás el chance de buscar una nueva fuente de ingresos sin afectar tu récord crediticio. Lo ideal sería cubrir seis meses de cuotas, pero si no tenés lo suficiente para ello, al menos tres. Te recomiendo no guardar el dinero para hacer los pagos, sino ir directamente a realizarlos, de modo que te evités la tentación de gastarlos en otras cosas.



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3. ¿Para qué ahorrar? Indudablemente ahora más que nunca necesitás tener algo de dinero al cual podás acceder en caso de una emergencia (que no sea crédito), por tanto el ahorro debería ser obligado. Una vez aplicadas las recomendaciones 1 y 2 debés revisar cuánto te queda disponible y ahorralos. ¿Lo ahorro en una cuenta bancaria o en casa? Mientras más seguro podás tener tu dinero, es mejor, además que al tenerlo en otro lugar te evitás malgastarlos en cosas innecesarias. Lo más recomendable es abrir una cuenta, o usar la misma donde te pagaban la planilla en caso de no contar con el saldo mínimo que pida el banco. ¿En qué moneda ahorrar? Si la liquidación te la entregan en córdobas y los vas a gastar eventualmente en la misma moneda, no te conviene cambiarlos pues perderías por el diferencial entre la compra y venta. Recordá siempre verificar que la cuenta en la que los ahorrés tenga mantenimiento del valor, de manera que te protejás del deslizamiento de la moneda.

4. ¿Debo seguir pagando mis seguros? En caso que los seguros sean vinculados a un crédito, no tenés otra opción: tendrás que seguir pagando y en este sentido te recomiendo aplicar la misma recomendación que te hice para los créditos: pagar anticipado para tener margen de tiempo y buscar nuevos recursos. En caso que tus seguros no sean los obligatorios, te recomiendo analizar el nivel del riesgo al que estarías expuesto/a si eliminás o reducís tus pólizas.

Por ejemplo: si tenés un seguro de cobertura total para tu vehículo y éste ya no está prendado a alguna institución financiera, probablemente estarías pensando eliminarlo y quedarte sólo con el seguro obligatorio. Sin embargo, tendrías que tener claro que si alguien te choca y también únicamente tiene el seguro que exige la ley, tendrás que asumir todos los gastos de la reparación, o quedarte sin vehículo. Pensala bien.


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5. ¿Invertir en un negocio? A la hora de buscar ingresos probablemente se te haya pasado por la cabeza emprender algún negocio y utilizar tu liquidación para ello, pero no te recomiendo en este momento destinar el 100% de tu liquidación en ello, pues el riesgo de que no veas retorno pronto –o que no lo vayás a ver del todo–, es muy grande.

Con esto no te quiero desaminar, sino hacerte ver que no es una decisión que se tome a la ligera. Una vez garantizados los gastos básicos de los puntos 1 -3, podés hacer números de qué podés hacer con ese dinero para garantizarte ingresos, aunque sea moderados. En este artículo te compartí varias ideas de negocios que podés poner en práctica.

Como verás, la decisión de qué hacer con tu liquidación requiere muchas horas de sacar cuentas y analizar tu situación. Descartá aquella idea de primero darte un gustito con ese dinero y luego ver qué hacer; podría ser el único ingreso que tendrás durante mucho tiempo y debés aprovecharlo.

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