Economía

El rumbo económico sigue incierto, debemos prepararnos

El aumento comprobado en la movilidad de la población de Nicaragua durante las últimas semanas, pudieran darnos una sensación de mejoría en la actividad económica, y por ende, de recuperación. Esto podría hacernos bajar la guardia en nuestras medidas de protección económica familiar y personal, pero debés conocer toda la información que aquí te presentamos para tomar decisiones informadas sobre tus gastos.

El Informe de movilidad de las comunidades ante el COVID-19, de Google, ha reflejado durante las últimas semanas cambios significativos en las tendencias de concurrencia a lugares como restaurantes, cafeterías, centros comerciales, parques, cines, supermercados, centros de transporte público y centros de trabajo, que si bien permanecen inferiores al período de referencia (primeras 5 semanas del año), la reducción se ha ido achicando conforme pasan los días.

Esto, evidentemente, nos hará ver más movimiento en todos esos sitios, habrá mayor consumo y nos podría hacer pensar que lo peor ya pasó, despreocupándonos por la cautela en el gasto que seguramente has venido teniendo a lo largo de este año, pero debés tener cuidado, pues a pesar de esta recuperación relativa, “no será suficiente para que la economía retome la senda de crecimiento este año”, señala el Informe de Coyuntura, agosto 2020, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social.

Como te expliqué en este artículo, la gravedad del golpe a la economía de Nicaragua depende de factores externos e internos. Entre los externos destacan el rumbo de la economía de Estados Unidos, la del mundo en general, pero principalmente la de importantes socios comerciales como los países vecinos, y entre los factores internos es determinante la propagación del COVID-19, por lo que eso implica en la interrupción de actividades económicas.

A nivel externo, no hay claridad sobre el rumbo de la economía estadounidense: la curva de contagios y sus repercusiones económicas sigue al alza y tiene elecciones presidenciales en menos de dos meses; al mismo tiempo El Salvador –segundo país que más compra productos nicaragüenses– sigue sin poder controlar el virus y los efectos en su economía son graves.

A nivel interno, es difícil medir con precisión el grado de afectación económica, pues el sector público ha dejado de publicar (o lo hace con excesivo rezago) informes, estadísticas y estudios. Sin embargo, organizaciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, e instituciones especializadas en proyecciones como la agencia de calificación de riesgo Moody’s Investors Service y The Economist  Intelligence Unit concuerdan en que este año no hay perspectivas de mejora económica y en la mayoría de casos también auguran que 2021 el PIB de Nicaragua seguirá cayendo, por cuarto año seguido.

Las proyecciones sobre la economía (que se actualizarán en septiembre) indican que la caída en 2020 podría ser entre 6.5% y 13.7%.

Qué esperar de las principales fuentes de ingresos

El Informe de Coyuntura, agosto 2020, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social, recopila las siguientes tendencias para los pilares de la economía.

Menos exportaciones: la disminución del comercio mundial impactará las exportaciones del régimen especial de zona franca (particularmente confección y arneses automotrices). Y, aunque las exportaciones tradicionales crecieron durante el primer semestre del año, se prevé que durante la segunda mitad ese crecimiento disminuya.


Menos remesas: a nivel mundial se espera caída en el envío de remesas, por la disminución en el empleo de los inmigrantes en países desarrollados. Los países de donde más envían remesas a Nicaragua son (en este orden) Estados Unidos, Costa Rica, España y Panamá. Los cuatro han sido durante afectados por el virus, lo que ha afectado el empleo. FUNIDES proyecta una caída de al menos 5% en las remesas que ingresen a Nicaragua en 2020, es decir, al menos 80 millones de dólares que no circularían en la economía este año.

Menos impuestos: al haber menos ingresos por fuentes externas, sumado a la recesión económica interna, se reduce el consumo y eso impacta la recaudación de impuestos, de donde se paga el  94% del Presupuesto. Durante el segundo trimestre esos ingresos cayeron 15%, afectando la posibilidad de que se ejecuten nuevos proyectos, a menos que se pida préstamos para cubrir la brecha. Aquí podés ampliar sobre este tema.

Turismo deprimido: los ingresos por turismo continuarán desplomándose, partiendo que desde hace meses no llegan al país vuelos comerciales, lo que afecta directamente al sector de hoteles y restaurantes, que intentan sobrevivir con el turismo local, que gasta mucho menos en comparación con el gasto de un turista extranjero.

Cómo protegernos ante este panorama

Lo primero es no bajar la guardia. Como puede observarse, la actividad económica está lejos de recuperarse a los niveles de 2017, por el contrario, el “pastel” de la economía se seguirá haciendo más pequeño, lo que significa que a cada uno de nosotros nos tocará menor parte.

Por lo tanto, estas son algunas recomendaciones:

1. Evaluarte cómo estás actualmente. Preparamos este test para que revisés cómo estás administrando tus gastos en tiempos de crisis. Te recomendamos hacerlo y así tomar mejores decisiones.

2. Identificar qué escenarios negativos podrías enfrentar y cómo reaccionarían tus finanzas. Para ello podés realizar una prueba de estrés financiero. Aquí te detallamos cómo.

3. Controlar las emociones. Está comprobada la relación entre nuestras decisiones en torno al dinero y el cómo nos sentimos, por ello debés identificar cómo te sentís y atenderlo. En este artículo te damos varios consejos al respecto.

4. Revisar el estado de tus ahorros. Si no tenés ahorros del todo, es vital empezar aunque sea poco a poco, pero debés prepararte para una situación económica más difícil, pues es altamente probable que ocurra. En caso de sí tenerlos, debés protegerlos. Aquí te explicamos cuándo sí es válido hacer uso de ellos en esta situación y cuándo no.

5. Controlar y mejorar los ingresos. El primer paso es saber qué pasa con cada centavo que recibís, a través de la planificación de su uso, pero el segundo –y más importante en este momento– es buscar la manera de generar ingresos adicionales, ya sea desde la casa o con algún producto o servicio que podás ofrecer de forma paralela. Según tus conocimientos, experiencia y necesidades en tu entorno, hay que buscar alternativas de ingresos adicionales, aunque sean montos pequeños. Recordá: cualquier cantidad es mejor que cero.

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Gisella Canales Ewest

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