Problemas de pareja por dinero: ¡que no los separe!

El dinero y el amor siempre van relacionados: desde el galanteo de juventud (¿uno invita o cada quién paga lo que consume?), el noviazgo formal y hasta las uniones estables o matrimonio, terminan siempre en dilemas relacionados con el dinero: ¿quién asume qué?, ¿cómo me afectan sus hábitos financieros?, ¿por qué no me dice todo?… lo que provoca alguna vez –o muchas veces– problemas de pareja por dinero y hasta separaciones.

Hay múltiples razones por las cuales las parejas pueden pelean por dinero, entre las que destacan:

 

  1. Los hábitos de consumo/endeudamiento de una de las dos partes;
  2. Porque se oculta información;
  3. Porque hay inconformidad en la distribución de los gastos y compromisos financieros;
  4. Falta de generación de ingresos de una de las dos partes;
  5. La pertenencia de las cosas que se adquieren en pareja;
  6. Cuando se usa el dinero para marcar jerarquía o poder dentro de la relación.

Muchas veces una de esas razones puede desencadenar otra y así sucesivamente, pero… ¿cómo ponerle fin a esta situación? Entrevisté a dos psicólogos para encontrar juntos una salida que podás aplicar a tu relación, si estás pasando por un momento así.

Ludendorf Suce Montiel, especialista en psicoterapia de pareja, señala que muchas veces el origen de estos problemas es qué tanto cedemos en todo con tal de estar “bien” con nuestra pareja, lo que a largo plazo no es sostenible. Por ejemplo: una de las partes gasta mucho más de lo que se puede y deja menos dinero para el hogar, u omite sus ingresos reales, mientras la otra parte no hace ver su molestia para evitar discusiones. Llegará el momento en que la situación sea inmanejable, la parte que ocultaba su inconformidad puede llegar al límite y se vendrán los conflictos serios.

El especialista recomienda ver a la pareja como una empresa, donde nadie manda más que el otro, sino que se toman decisiones en conjunto, como una sociedad.

El matrimonio es una empresa, donde hay socios. Si uno de los socios está siendo deshonesto, esa empresa va a quebrar”, agrega.

Hosni Henríquez, de la Clínica de Crecimiento Psicosocial, hace ver que muchas veces no detectamos de forma temprana estos conflictos por la  influencia de los estereotipos y prejuicios culturales, que están a nivel inconsciente –y no los reconocemos ni cuestionamos– y son muchas veces los que nos hacen tener comportamientos nocivos para la pareja, tales como: “yo pongo más dinero, yo mando”, “sólo yo trabajo, no debo dar explicaciones”, o “debe mantenerme porque sí”.

Ambos psicólogos destacan que para solucionar estas situaciones la base es la comunicación: desde perder el miedo a expresar cómo nos sentimos, qué nos molesta o en qué estamos en desacuerdo, hasta dar a conocer cómo nos gustaría que fueran las cosas.

“Hay que hablar claro qué le corresponde a cada quién y qué corresponde a ambos como pareja”, menciona Ludendorf Suce Montiel.


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Hosni Henríquez agrega que si una de las dos partes está cerrada a comunicarse fluidamente, se recomienda hacer un contrato conductual para formalizar el acuerdo al que se llegue. Esto consiste en dejar por escrito lo que decidan.

Sea cual fuere la razón por la que la pareja sufre discusiones y hasta separaciones por dinero; debe dejar de omitirse y abordarse lo antes posible.

Con frecuencia me preguntan qué es mejor, llevar las finanzas de la pareja unidas o separadas, a lo cual reitero: dependerá de las características individuales, no hay fórmula mágica.

Quizás una pareja va a sentirse más cómoda aportando en conjunto a los gastos del hogar y dejando a libre disponibilidad una parte de sus ingresos, mientras otra pareja prefiera unir todo el dinero y hacer los gastos de la forma más transparente posible. Cualquiera de las dos formas puede funcionar bien, siempre y cuando sea acordado entre ambos y estén conformes con ello.

La clave es hablarlo, acordarlo y respetarlo. Si esto no se logra, probablemente el problema entonces no es el dinero, sino la pareja y cómo ésta ha sido construida.

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