Estos son los ganadores y los perdedores por el COVID-19 en Nicaragua

Por María Teresa Pérez

En una crisis pueden ocurrir muchos escenarios, pero siempre habrá ganadores y perdedores. Para Nicaragua ha sido más potente, pues aún era muy tímida la recuperación económica producto de la crisis sociopolítica de 2018 cuando llegó el COVID-19, la pandemia que ha dejado embates en lo económico y humanitario, y sigue manifestando su poder huracanado en diversos sectores.

La Fundación para el Desarrollo Económico y Social en coordinación con la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN), en su más reciente informe, Situación y perspectivas del sector comercio y servicios, ha expuesto el escenario que viven siete actividades comerciales y su impacto durante 2020.

En el estudio se refleja el impacto en las ventas, dificultad para llevar a cabo operaciones con proveedores internacionales, incremento en los costos de producción, congelamiento de nuevas inversiones, comportamiento de los consumidores frente al Covid-19, entre otras variables que siguen golpeando a la economía local.

Por su volumen de ventas, los siete sectores estudiados representan el 41% del sector comercio y son los siguientes:

  • Farmacéutico
  • Insumos agropecuarios
  • Alimentos
  • Artículos de ferretería
  • Pinturas y vidrio
  • Bebidas
  • Maquinaria y equipo agrícola
  • Tabaco

Los efectos de la autocuarentena

Una autocuarentena, el pánico generalizado, buscando cada familia cómo surtir la emergencia sanitaria, consiguió beneficios para unos y un latente deterioro para otros. Hubo un ejercicio de prioridades, previsión de escenarios peores que implicó mayor austeridad e incremento de adquisición de insumos propios de la situación, según el análisis realizado.

Así es que el sector farmacéutico ha vivido un aumento de ventas del 14.6% durante el primer semestre de 2020 y un 27.5% en el período julio-septiembre.

Y precisamente por la disminución de las actividades sociales, el sector de alimentos ha sufrido una muy fuerte caída, presentando cifras de -1% en el primer semestre y -3.5% en los primeros tres meses del segundo semestre.

No todo es beneficio para el sector farmacéutico

El sector farmacéutico, aunque sí ha presentado cifras positivas respecto a una demanda aumentada de farmacias para suplir con la demanda en los hogares, abastecimiento de medicamentos preventivos asociados al COVID-19, también ha sufrido una baja considerable en medicinas de otro tipo, así como disminución de citas médicas y actividades de los visitadores médicos.

Además, ha presentado problemas de abastecimiento, particularmente en el segundo semestre; incrementos en costos de mercadería y mayores tiempos de importación. También presentan cuellos de botella, cada vez más por las complicaciones en Aduana, congelamiento de precios para el sector por la regulación de precios por parte del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC).

Otros duros efectos

Otro aspecto negativo en el sector de alimentos, más allá de la caída en las ventas, son los quiebres de inventario y retrasos para recibir los insumos y productos comestibles. Además, hay un latente incremento en el costo relacionado al transporte y almacenamiento de materia prima.

Entre los cuellos de botella del sector se registran incertidumbre de la pandemia a nivel global, arbitrariedad y burocracia gubernamental, así como altos costos de energía.

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A mediano plazo también se vislumbran riesgos, como el empeoramiento de la recesión económica, dificultad en el acceso de financiamiento, su encarecimiento y el deterioro de la capacidad de pago de los clientes.

Por su lado, el sector de bebidas pocas veces se ve afectado, pero la pandemia cerró todas sus puertas. Una de las mayores afectaciones han sido los conflictos fronterizos para llevar a cabo transacciones internacionales, congelamiento de nuevas inversiones, sin obviar los costos de producción. La recesión económica del país sobre el poder adquisitivo de los consumidores tiene gran relevancia en estos resultados.

Insumos agropecuarios con datos positivos

Otros de los sectores mejores puntuados en el informe es el sector de insumos agropecuarios, con un incremento de ventas del 7.4% durante el primer semestre, y de 17.8% en el período julio-septiembre.

Hubo un mejor y más temprano invierno en comparación a 2019. Se ha presentado un buen precio a los productos agrícolas durante el primer semestre y mayor acceso a financiamiento. Este sector no sufrió los embates del COVID-19, sin embargo, para 2021 se vislumbra incertidumbre respecto al año electoral y las tensiones sociopolíticas.

Los más afectados

El sector de bienes raíces ha sido duramente afectado durante la pandemia.  Por el temor al nuevo coronavirus las propiedades no son mostradas, además que muchas empresas se trasladaron al Home Office, cerrando oficinas físicas.

Por la paralización de vuelos internacionales –ya que la principal fuente de ingresos de este sector son los turistas–  la actividad se ha estancado. En lo que va del año su disminución en ventas se mantiene en 55%.

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En términos generales todos los sectores presentan una incertidumbre muy marcada respecto a las expectativas para 2021, debido a que es un año electoral en las que el mercado internacional tendrá más dudas que apuestas positivas.

Se prevé retomar actividades, tomando en cuenta que haya disminuido la curva de contagio del COVID-19 y se asume una leve mejoría en la actividad comercial. ¿Vos cuáles considerás que son los principales desafíos el próximo año?

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