Estos han sido mis «trucos» para ahorrar

Gisella Canales Ewest

¿Es imposible ahorrar? NO. Cada quien lo podrá hacer a un ritmo diferente, con sus propios “trucos” y es precisamente sobre eso que quiero compartirte hoy: lo que yo he puesto en práctica desde temprana edad para poder ahorrar.

El ahorro ha sido para mí la vía directa para lograr cosas que hace unos 20 años ni siquiera soñaba, como comprar mi primer carrito viejo, luego uno nuevo, luego adquirir mi casa, ampliarla, venderla para comprar otra casa más grande (sobre esto te cuento aquí) y todo lo que transcurre en todo ese tiempo, como viajar y conocer otros países, estudiar cursos especializados, entre muchas otras cosas que, si yo he podido a mis 35 años, vos también (sin importar la edad que tengás).

Empecemos aclarando: no provengo de una familia con posibilidades de regalarme una cuenta bancaria gorda, todo lo contrario. Y precisamente por eso, porque conocí en “primera fila” las consecuencias de administrar mal el dinero, desde que empecé a hacer prácticas y pasantías, empecé a ahorrar, siguiendo los siguientes “trucos”.

Ver el ahorro como cualquier gasto más

Desde chavala he procurado siempre hacer un plan de gastos o presupuesto por cada quincena (así he recibido siempre mi salario) y en cada presupuesto quincenal he incluido siempre algo para el ahorro.

Elegir el monto adecuado es esencial, pues no se trata de ahorrar una enorme suma que deje en desbalance tu presupuesto y te veas en la obligación de gastar lo ahorrado a los pocos días. Es mejor un monto realista para vos, pero que se quedará como ahorro, sin necesidad de ir a gastarlo ante el primer inconveniente.

Más allá de obsesionarme con un porcentaje específico de ahorro, he tratado de que SIEMPRE haya algo significativo para el ahorro, y así como hacía con el pago de cualquier compromiso financiero o gasto fijo esencial: en cuanto recibía mi pago, traslado lo correspondiente a una cuenta de ahorros.

Durante los últimos años mi ahorro en córdobas lo he llevado en mi cuenta del Club del Ahorro, la cual retiene el dinero hasta diciembre, lo que elimina la tentación de gastarlo innecesariamente.

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Siempre buscar nuevos ingresos

Independientemente de que tuviera un ingreso estable, siempre he buscado nuevas opciones de ingresos, sin minimizar ninguna cantidad. Esos ingresos extras permiten alimentar el ahorro.

Ya sean negocios eventuales (si veo algo en ganga real, lo compro para revenderlo), consultorías en comunicación y relaciones públicas, colaboraciones o trabajos de edición o elaboración de textos y similares, son cosas que empecé a hacer desde que inicié mi vida laboral. Es clave no depender de una sola fuente de ingresos, especialmente si este es limitado.

Y si tus ingresos te permiten cubrir tus gastos sin problemas, ¡qué alegre!, pero no significa que no necesités generar ingresos extras, al contrario, aprovechá ese escenario para que cualquier dinero adicional, vaya directo a tus metas. En este artículo te doy varios tips para generar ingresos extras.

No sobreendeudarme

El crédito ha sido mi aliado para adquirir los bienes más grandes (como vehículos o las dos casas), pero he procurado siempre manejarlo con cautela y de la forma más inteligente posible: buscar las condiciones más favorables, que sea realista para mis finanzas y esforzarme siempre por cancelarlo de forma anticipada, ahorrando grandes sumas en intereses.

Cuando trabajás de manera formal es relativamente fácil que te aprueben créditos tras créditos, pero es TU responsabilidad saber hasta dónde aceptarlos.

Recordá que cada cuota por pagar, es un dinero sobre el que no podrás mandar: cada cuota es un dinero que ya no te pertenece, y por ende, no podés decidir o planificar, por lo tanto, limitá tu endeudamiento, o este limitará tu capacidad de ahorro.

Mejores ingresos, mismos gastos

Conforme se avanza en la vida laboral, los ingresos también mejoran, y el error más común es convertir el 100% de esos incrementos en nuevos gastos. En mi caso, la gran mayoría de ingresos extra los he convertido en ahorro. Ya sean consultorías, aumentos salariales, bonos o aguinaldos, siempre he tratado de no trasladarlos al gasto, sino al ahorro.

Asimismo, si terminaba de pagar una deuda, por ejemplo: la cuota del crédito de vehículo, en vez de pasar ese dinero al gasto, lo convertía en ahorro (al menos un 80%-85%).

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Darle a las cosas el valor que realmente tienen

Priorizar es algo que se aprende en el camino, y cada quien tiene prioridades diferentes, pero si de algo estoy segura que me ha ayudado a ahorrar mucho, es a darle a las cosas su valor real y así aprender a priorizar.

¿Gastar en salón de belleza, gimasio o entrenador, uñas, ropa costosa o fiestas? NO es por lo que yo me inclino. Y respeto a quienes lo ven como prioridad, pero en mi caso prefiero usar el dinero en cosas que me hagan más feliz, como poder viajar al menos dos veces al año para visitar a mi mamá en el extranjero, llevarla a conocer lugares nuevos o pasear con ella.

No se trata de que entonces vas a vivir de forma miserable, NO. Sino de saber qué cosas te llenan de verdad A VOS y priorizar de acuerdo a ello.

¿Qué te gustaría más, tener un celular carísimo o dejar atrás la apretada ruta para tener tu vehículo propio? ¡Prioridades! Aunque pareciera una comparación descabellada, los teléfonos inteligentes de alta gama son cada vez más caros, por ejemplo, el nuevo iPhone se vende en Nicaragua a unos US$2,000; esa cantidad es más de lo que me costó mi primer carro, y es lo que di como prima para mi primer carro nuevo.

He aprendido a definir cuáles son mis metas y prioridades, lo que me ha permitido ahorrar y vencer las tentaciones.

El éxito está en la constancia, y para ello no necesitás ganar miles de dólares cada mes, sino aprender a sacar el jugo a lo que tenés.

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