Cómo reducir gastos para enfrentar las alzas de precios

La inflación a nivel mundial ha aumentado e último año, lo que ha empujado los precios de los productos y servicios sin excepción: en el caso de Nicaragua el Banco Central anunció que 2022 cerró con un incremento de los precios de productos y servicios del 11.59%.

Los ingresos, por su lado, no han aumentado en la misma medida: el salario mínimo aumentó 7% en 2022 y el salario promedio nacional del sector formal creció 1% según datos oficiales, lo que significa que hemos perdido poder adquisitivo, debido a que la inflación aumentó mucho más que los ingresos.

Todo esto seguramente te hace preguntarte: ¿cómo reducir gastos? Para enfrentar esta situación, en este artículo te vamos a dar tips para que podás lograrlo y de ese modo enfrentés mejor la carestía.

Empecemos con lo que podemos controlar: nosotros

¿Cuál es el primer cambio que debemos hacer? Nuestros hábitos y forma de pensar sobre algunos temas. ¿A qué me refiero? Tal vez vos sos de la idea que si dejás conectado el cargador del celular de forma permanente –porque es más cómodo llegar solo a conectar el teléfono– no se va a disparar tu recibo de energía como sí pasaría con otros aparatos, pero pasás por algo que aunque fuera un solo kilovatio-hora que incrementara tu recibo en el mes, es determinante para que recibás o no tarifa preferencial o subsidio energético, lo que fácilmente puede duplicar tu consumo ese mes. Sí, con solo un kilovatio-hora extra por dejar conectado ese “inofensivo” cargador.

Entonces debemos aplicar esto a todas las facetas de nuestra vida y –al menos por ahora– ser más abiertos a los cambios para lograr nuestro objetivo: no ponerte renuente porque ya no podrás comprar la marca que siempre has usado (en el producto que sea). Seamos flexibles con nosotros mismos y seamos adaptables al cambio.

Priorizar es gastar menos

El siguiente paso es identificar qué cosas sí podés cambiar o flexibilizar y que al final del mes te desahogarán la cartera, lo que debería ayudarte a cubrir ese incremento en tus gastos de alimentos y productos básicos del hogar.

Obviamente hay que establecer prioridades, incluso entre las cosas no prioritarias. Ejemplo: entre la salida familiar de los domingos o el plan de datos, ¿cuál es más prescindible para vos? Si elegís bien, optimizarás tu dinero al mismo tiempo que mantendrás las cosas que para vos son esenciales.

Presupuestar a conciencia

Luego de cumplir los primeros dos pasos te será más sencillo determinar en qué vas a usar el dinero cada semana, quincena o mes. Te recomiendo que ese presupuesto quede holgado para poder maniobrar en caso de más incrementos de precios, que tengás reducción de ingresos, o alguna emergencia.


Si tu quincena, por ejemplo es de C$5,000, no presupuestés con base en C$5,000, sino de C$4500. Y siempre dejá algo para el ahorro, aunque sea C$100. La clave de un presupuesto es que sea realista, pero sobre todo: que lo apliqués al distribuir tu dinero. De nada sirve poner en papel lo que luego vas a ignorar.

En este artículo te comparto cómo hacer un presupuesto sencillo que sí sea fácil de cumplir e incluye una plantilla descargable que te enseña qué porcentaje de tus ingresos se lleva cada tipo de gasto para que podás hacer un mejor análisis.

Ahorrar al máximo

Muchas personas dicen que “no se puede ahorrar en momentos de altos precios” pero es ahí cuando se hace más importante, y hay múltiples experiencias que nos demuestran que sí se puede. Tenemos que esforzarnos por disponer de al menos el equivalente a tres meses de subsistencia (no tres meses de salario). Podés empezar con microahorros como los que recomendamos en el Club del Ahorro.

En este tema de ahorro te recomiendo que si vas a ahorrar en córdobas, busqués que la cuenta sea con mantenimiento del valor y de preferencia de aplicación diaria, no mensual.

Especial para vos: Cómo ahorrar en lo más elemental: los alimentos

Deshacerse de deudas

Especialmente de las deudas más caras, debemos reducirlas al máximo, y si fuera posible: eliminarlas. Debemos salir de ellas lo antes posible pues debemos incrementar saldos a nuestro favor no cuentas por pagar. Analizá tus deudas para que sepás cuál debés priorizar. En este artículo te digo cómo hacerlo.

Más recomendaciones para tu bolsillo

Si aplicás los cinco puntos anteriores verás resultados de inmediato. Adicionalmente, te comparto tips puntuales para estirar lo que tenés en esa billetera:

  • Antes de hacer la lista de compras del mercado o supermercado, hace el menú de comidas de tu hogar, para que sepás exactamente cuánto necesitás de cada cosa y no gastés de más en cosas que por ahora no necesitás.
  • Luego de hacer el menú, realizá inventario de tu despensa para no duplicar productos. ¿Vas a necesitar mostaza? Revisá si no tenés alguna por ahí; muchas veces esos productos que no se usan a diario se acumulan y se nos pasa por alto.
  • Nunca ir a comprar sin una lista cerrada. Es decir, ponele cantidad o volumen de cada cosa. En vez de escribir “arroz”, especificá cuántas libras necesitás. Y eso hacer con todo lo demás.
  • Preparar la comida en vez de comprarla hecha. Si lo tuyo no es cocinar, aquí te comparto recetas fáciles y económicas. Y si del todo cocinar no es lo tuyo, puede que podás ponerte de acuerdo con alguien más para que se ayuden mutuamente, cocinando de forma alterna o que te venda parte de lo que prepara. Si normalmente gastás C$100 en el comedor cercano y esa persona te lo vende a C$80, tendrías C$20 de ahorro cada día, es decir unos C$400 al mes.
  • Evitar desperdicios. Muchas veces calculamos de más las porciones que se van a comer y termina sobrando comida que luego nadie quiere y se pierde.
  • Cocinar de una vez. Por asuntos de tiempo, consumo de gas y para evitar desperdicio de ciertos ingredientes, es mejor cocinar de una sola vez lo que vamos a comer en el día.
  • Sé abierto a productos sustitutos. ¿Tu parte favorita del pollo es la pechuga y ahora está carísima? El muslo puede ser un buen sustituto y más económico. Lo mismo con las marcas: pensemos en alternativas que nos permitan gastar menos.
  • Consideremos alternativas de transporte de todos en el hogar. Sí, lo más cómodo es irte al trabajo en tu vehículo mientras se usa otro para llevar a los niños a la escuela, o se les paga recorrido, pero tal vez el levantarte un poco más temprano para pasarlos dejando vos te represente un gran ahorro. O bien, te sale más rentable ponerte de acuerdo con un vecino que viaja a la misma zona que vos y pueden compartir vehículo. Hacé cuentas.
  • Poner en práctica estas medidas de ahorro para reducir el gasto en combustible.
  • Analizá las compras rutinarias innecesarias. Esas frutas que pasás comprando antes de ir al trabajo, o el desayuno en el cafetín cercano, son cosas que debés replantearte.
  • Si vas comprar ropa, hacelo de forma inteligente: compra colores neutros que puedan ser reutilizables y fáciles de combinar con todo, en vez de comprar piezas que por sus propias características no te vas a poner a diario.
  • Ser críticos con las promociones. En este momento probablemente vayás a ver muchas, pero recordá que no siempre son reales.
  • Revisar los seguros de vida de préstamos. Si pagás varios seguros de vida por deudas, puede que te salga mejor adquirir un seguro de vida que los cubra a todos. Aquí te doy más detalles.
  • Revisar las coberturas de seguros: tal vez tenés algunas que no necesitás y encarecen la póliza que pagás. Enterate más sobre este tema, aquí.
  • Mudarse. Puede que suene extremo pero si no vivís en casa propia y estás alquilando lejos de tu trabajo y gastás mucho en transporte, puede que sea más rentable para vos buscar algo más cerca.
  • Revisá tus gastos por transacciones financieras. Puede que sea tu costumbre hacer recorrido bancario los sábados, pero podría ser más favorable tener tu dinero en una cuenta y desde ahí usar herramientas como Kash o hacer transferencias o pagos en línea desde tu casa o trabajo, para no gastar en transporte.

Como verás, tenemos mucha tarea por hacer. Mientras antes empecemos, más lo agradecerá el bolsillo.

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