A inicios del año se aplicaron una serie de reformas al Sistema de Seguridad Social de Nicaragua en busca de aliviar el creciente déficit operativo que venía arrastrando la institución desde 2014, según cifras oficiales.
Las reformas aumentaron la cotización patronal y de los trabajadores (es decir que incrementó el aporte), redujo las nuevas pensiones y asignaciones familiares, entre otras medidas. Sin embargo, no fue suficiente.
El más reciente Informe de Coyuntura de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) muestra que –con base en la poca información que se ha compartido en medios de comunicación este año, tras las reformas– se avizora que este año el INSS cerrará nuevamente en déficit, que si bien es menor de lo que habría sido sin reformas, sigue mostrando la debilidad de las finanzas de la institución pública.
FUNIDES estima que sin reformas el INSS habría tenido este año un faltante de al menos US$230 millones, previendo una contracción económica moderada de -1%, la que empeoraría conforme la economía más decayera. Con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de -5.4% el déficit habría sido de US$246 millones.
Según dijeron en su momento las autoridades, con las reformas las finanzas del INSS se estabilizarían, pero la agudización de la caída de la economía e incremento en el desempleo –que ha acarreado cierre de plazas formales, cotizantes al Seguro Social– sumado a que no se han aplicado cambios profundos en la administración del Instituto, provocarán que este año no se pueda evitar un nuevo déficit operativo, es decir que los ingresos de la institución serán menores a sus gastos.
FUNIDES plantea dos escenarios para el déficit, que a su vez tienen otras dos proyecciones:
1. Si la economía este año sólo se contrae 1% versus el año pasado. Si esto pasara, el déficit del INSS oscilaría entre US$34 y US$57 millones, en dependencia de si hay cierre de empleos producto del aumento en las tasas de contribución que impuso la reforma (escenario dinámico), o si no hubiese recortes de plazas producto de la reforma (escenario estático).
2. Si la economía cae 5.4% respecto a 2018. Esto ocasionaría un déficit de US$56 millones en un escenario dinámico y US$77 millones en un escenario estático.
¿Por qué el INSS sigue en déficit?
Son múltiples las causas del porqué la sostenibilidad del INSS se ha visto comprometida. De forma individual todas requieren mucha atención, pero todas juntas sin duda han sido un cóctel fatal para la institución. Algunas de ellas son:
- La informalidad predominante del mercado laboral nicaragüense, que reduce a un pequeño grupo (apenas poco más del 20% de la Población Económicamente Activa) la viabilidad del INSS.
- Sigue costeando la pensión reducida que se paga a más de 56 mil personas, representando el 25.2% del total de pensiones, según el anuario estadístico del INSS 2018.
- Los gastos administrativos se han disparado desde 2007. Mientras en 2006 se registraba en 197.8 millones de córdobas en pago de trabajadores, en 2018 se registraron 1,764.2 millones de córdobas en igual concepto
Y aunque podemos continuar la lista, debemos tener presente que la viabilidad financiera del INSS es un tema que no se puede postergar más. En este artículo te compartimos varias recomendaciones de expertos en la materia para rescatar el INSS, que debemos analizar pues es una “enfermedad” que no puede curarse por sí sola. Sobre todo, si se comprueba que las reformas –pese a su dureza– no permitieron volver a un superávit.